Nadie puede creer que Venezuela, como pregona Nicolás Maduro, es unpotencia económica o puede serlo en Latinoamérica, reseñó El Impulso.
La refutación es hecha por el Dr. Edgar Urbáez, abogado y economista, docente universitario y ex parlamentario.
De 15.000 empresas productivas que existían hace 17 años, apenas subsisten hoy 4.000, cuyas operaciones no sobrepasan el 30 por ciento de su capacidad instalada.
¿Cómo puede ser una potencia un país cuyos ingresos por exportaciones son de 96 % de la venta de petróleo? Hay un 4 por ciento para exportar, que no lo vemos.
¿Cómo creer que seamos una potencia, no hay una empresa por cada mil habitantes?, pregunta. Del mismo modo es imposible pensar en que seamos una potencia cuando el promedio de ingresos por exportaciones no mineropetroleras está en 70 mil millones de dólares mientras el promedio en los países del continente, con algunas excepciones, está en 250 mil milllones como Colombia, México y Argentina.
Por otra parte, el Gobierno ha anunciado la asignación de divisas al sector empresarial e industrial. Lo que ha venido sucediendo es que esas divisas no se liquidan. Y en consecuencia no se trae la materia prima.
El Ejecutivo Nacional insiste, además, en los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) que, como se ha comprobado, no resuelven el problema de la falta de alimentos y mucho menos de crecimiento del Producto Interno Bruto, porque las importaciones de las cajas ya vienen con los productos terminados. Esto lo que demuesstra es que Venezuela está creando puestos de trabajo en el resto del mundo. Y del mismo modo, valor agregado.
Definitivamente, el problema del abastecimiento no puede ser solucionado con ese instrumento que ha inventado el Gobierno.
A la crisis económica hay que endosarle también el control de cambio, que continúa indetenible desde marzo de 2003.
Mientras no se elimine el control de cambio, vamos a estar sujetos a los tipos cambiarios.
El Gobierno anuncia una política de subasta, que ya fracasó estruendosamente en el pasado. Porque en esa práctica no van a participar todos, sino que esa subasta se hace de manera selectiva.
Nadie puede creer que Venezuela es un país industrializado como ha dicho a todo pulmón el presidente Maduro.
Ni siquiera la gente que está está en el alto gobierno cree en los anuncios hechos por el jefe del Ejecutivo Nacional en materia económica.