Tras pasar por un proceso de validación y renovación de los partidos políticos dispuesto por el Concejo Nacional Electoral, iniciado el pasado mes de febrero, proceso que está a punto de culminar, las fuerzas del cambio debemos retomar al 100% la exigencia de un cronograma electoral que restablezca la institución del voto secuestrada por la tiranía.
La validación de partidos, que se concibió como un obstáculo más para el desarrollo de las elecciones en deuda por parte del organismo comicial, resultó ser una muestra de las ansias de cambio que recorren Venezuela. Avanzada Progresista, Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo lograron aglutinar a sus militantes y simpatizantes, cientos de miles de ciudadanos mostraron su respaldo a los partidos políticos que defendemos la democracia y libertad.
Esa primera prueba, demostró que el respaldo mayoritario del pueblo venezolano al cambio político, se traduce en una fuerza electoral dispuesta a contestar con el voto a la dictadura, cuando sea preciso.
Ahora es deber de estos partidos, legitimados con el respaldo popular, impulsar un movimiento nacional, que logre dos objetivos en paralelo: frenar la arremetida de la tiranía que pretende desaparecer los últimos resquicios de democracia y la imposición de un calendario electoral que dé la oportunidad a los ciudadanos de expresarse con respecto al rumbo del país.
El gobierno, aunque pretenda dar una imagen de fortaleza inexpugnable, imposible de derrotar, ya demostró que con la presión conjunta de los venezolanos y la opinión internacional, puede incluso revertir medidas (aunque sea a medias), que en teoría eran inapelables. Eso nos demuestra que la influencia de un pueblo movilizado y con objetivos claros es imposible de contener, incluso utilizando todos los recursos de una dictadura.
Con esa certeza de que podemos torcer el brazo de la tiranía y con el ímpetu que dan a las organizaciones políticas, el ser apoyadas por cientos de miles de ciudadanos, debemos arreciar la lucha para exigir un calendario electoral y así rescatar el derecho básico que sustenta la democracia, el voto.