El futbolista brasileño Marcelo desveló que el Real Madrid lo quiso ceder al Sevilla y se negó a salir del club por un año, en el que confiesa que fue su “peor momento” y en “el que más fuerte” fue antes de triunfar, reseñó EFE.
“Pasó todo muy rápido. Vine a Madrid y no sabía que iba a firmar el contrato, venía a que me conocieran y cuando llegué al Bernabéu ya había 55 personas y yo no lo sabía. Cuando llegué me dieron un traje, me dijeron que iba a jugar en el Castilla y yo encantado de la vida, pero Capello dijo que no, que tenía que entrenar con el primer equipo pero me siento canterano. Hubiera sido un placer jugar con el Castilla”, aseguró en el estreno del programa Campo de Estrellas de Real Madrid Tv.
“Había propuestas de CSKA de Moscú y de Sevilla que estaba casi cerrado porque el Fluminense firmó un acuerdo ya, pero el Madrid tenía interés también y yo dije que si eso era verdad me iba al Madrid”, desveló.
Reconoció que ese fue su peor momento en el Real Madrid. “Tenía 18 años y un directivo me llamó su despacho en el Bernabéu y fui solo. Me dijo que querían cederme a otro club para que cogiese experiencia y que querían que volviese al año siguiente. Le dije que no me iba a mover del Madrid. Fue el peor momento porque sabía que el equipo no me necesitaba, pero fue el momento en el que más fuerte he sido”.
Por eso, con el tiempo triunfando en el Real Madrid y convertido en uno de los capitanes, Marcelo se emociona al repasar su crecimiento. “He luchado y he sufrido muchísimo para llegar donde he llegado y ser uno de los capitanes del Real Madrid es lo máximo. La gente por la calle te dice capi. Eso no tiene precio”.
Agradeció la ayuda que siempre le ha dado su ídolo, Roberto Carlos: “Llegas a un sitio y tu ídolo te recibe muy bien sabiendo que tú eres de su posición. Eso es muy difícil en el mundo del fútbol. Él sabiendo que yo venía a ser el sucesor de Roberto Carlos me trató a mí, a mi mujer, mi cuñado y mi abuelo como si fuéramos de la familia. Nos dio su número el primer día y para cualquier cosa me pidió que le llamara. Nunca lo hice. Era un chaval pero me trataba igual que hoy”.
Y de sus experiencias, destacó la que vivió en la conquista de la Décima cuando tras ser suplente acabó teniendo un papel clave en la conquista del título.
“El partido de la Décima fue muy raro, había jugado cuatro partidos seguidos de Liga y pensé que otro iba a jugar. Llega la final y ves que no juegas, hay que respetar pero estaba cabreado porque quería ayudar al equipo y sentirme importante. No sé que me pasó pero estaba en el banquillo y algo me decía que lo iba a ser. Al final entré, ayudé al equipo, ganamos y me sentí muy importante”.