Cuatro personas murieron y 15 resultaron heridas este viernes en el centro de Estocolmo en un atentado con camión, indicó la policía, que sigue buscando al conductor.
AFP
El primer ministro sueco, Stefan Löfven, anunció por la noche que se habían reforzado los controles fronterizos del país. “Suecia fue atacada” y “todo apunta a un atentado terrorista”, había declarado anteriormente.
El ataque ocurrió poco antes de las 13H00 GMT cerca de unos grandes almacenes, Åhléns City, en el cruce entre una de las calles peatonales más frecuentadas de la capital, Drottningsgatan, y una de las principales arterias, Klarabergsgatan.
El vehículo se empotró contra la fachada de una tienda después de arrollar a los peatones. El camión fue robado aprovechando “una entrega en un restaurante”, declaró una portavoz de la empresa de transportes Spendrups.
“Cuatro personas murieron y 15 resultaron heridas”, declaró la policía local.
Un hombre fue detenido al caer la tarde en Märsta, en la periferia norte de Estocolmo, agregó la policía, que no aportó detalles sobre su identidad, aunque precisó que no se trata del chófer del camión utilizado en el atentado.
Según el periódico Aftonbladet, el detenido es un uzbeco de 39 años, simpatizante de la organización Estado Islámico.
Basándose en imágenes de una cámara de seguridad, la policía buscaba a un hombre relativamente joven con un suéter con capucha negra, grabado muy cerca del lugar del atentado. La apariencia del detenido parece concordar con esta descripción.
Como en Londres, Berlín y Niza
Varios testigos describieron escenas de terror y de pánico.
“Hizo el mismo ruido que una bomba que explota y empezó a salir humo de la entrada principal”, declaró al diario Aftonbladet un testigo, Leander Nordling, de 66 años.
El centro de la ciudad se vaciaba por completo mientras las tiendas cerraban sus puertas y los habitantes regresaban andando a sus casas, después de que la policía se lo pidiera para evitar aglomeraciones.
Las autoridades suspendieron el tráfico del metro y el de los autobuses y los tranvías en el centro, que empezaron a funcionar de nuevo horas después. El ataque se produjo cerca de la estación T-Centralen, por donde pasan todas las líneas de Estocolmo.
“Los terroristas quieren que tengamos miedo, quieren que cambiemos nuestros hábitos, quieren que no vivamos nuestra vida con normalidad. Pero eso es lo que vamos a hacer. Los terroristas no podrán derrotar a Suecia. Nunca”, advirtió el primer ministro sueco.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó que el ataque contra Suecia era un ataque contra “toda” la Unión Europea.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que “en estas horas difíciles, los rusos lloran con el pueblo sueco”, días después de que un atentado, todavía no reivindicado, dejara 13 muertos en el metro de San Petersburgo.
El Departamento de Estado estadounidense condenó “con firmeza” este “ataque terrorista”. “Los ataques de este tipo quieren sembrar miedo, pero sólo refuerzan nuestra determinación conjunta para combatir el terrorismo en el mundo entero”, según un comunicado.
Suecia sólo había sufrido un atentado hasta la fecha, en diciembre de 2010, cuando un kamikaze se hizo explotar en la misma calle peatonal de Estocolmo dejando heridos leves.
Los hechos recuerdan los ataques perpetrados en Londres, Berlín y en Niza, en el sur de Francia, cuyos autores embistieron a una multitud con vehículos.
El 22 de marzo, Khalid Masood, un británico de 52 años convertido al islam y conocido por los servicios de seguridad, mató a cinco personas al lanzar su coche contra unos transeúntes que cruzaban el puente de Westminster en Londres, antes de apuñalar a muerte a un policía delante del parlamento.
El autor del ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), fue abatido por la policía.
En diciembre, 12 personas murieron después de que un hombre utilizara un camión robado para embestir a la gente que paseaba por un mercado de Navidad en Berlín.
El ataque más mortífero de este tipo en los últimos meses fue el del 14 de julio de 2016 en Niza. Aquel día, un individuo atropelló a numerosas personas que asistían a los fuegos artificiales con motivo de la fiesta nacional francesa, causando 86 víctimas mortales.