No hay Duda que los recientes hechos acaecidos en Venezuela, nacen de la intervención y presión internacional, por lo pronto asumida por la OEA.
Ello condujo a un pronunciamiento de la AN, el cual fue anulado en horas por el TSJ, con una primera sentencia que anulando la resolución de la AN, despojó de inmunidad a los diputados y habilitó a Maduro a decretar un Estado de Excepción. No contento con ellos una segunda sentencia que colma el Golpe institucional al eliminar a la AN sus potestades legislativas.
La propia Fiscal General de la República interviene, reconociendo la “ruptura del orden constitucional”; el Consejo Nacional de Defensa, insta la “revisión” de las sentencias, y el TSJ de manera irrita e ilegal, las “aclara” y revierte. Toda una cadena de desenlaces que hoy revierten el rumbo de los acontecimientos en Venezuela, pulsan la defensa colectiva externa e interna de la democracia, y abren el camino a una plausible transición política, donde desobedecer, protestar y votar, no son más una quimera, un imposible un hecho negado.
Vea el análisis de Orlando Viera-Blanco y José Vicente Carrasquero en “Hacia la Venezuela Ideal”