Cuando hice esta lista de consideraciones tenían como propósito explicar el nuevo pico en la ya larga crisis venezolana, primero de abril de 2017. Comenzamos con el proceso de validación de partidos, que como toda figura comunista sólo es fruto del delirium de poder, que implica colocar trabas para lograr lo que el manual del buen revolucionario define como desconocer al enemigo, deslegitimarlo.
Aunado al desconocimiento de los diputados de Amazonas. Y a todo acto que emane de la institución destinada a desaparecer
El tema de las elecciones que no beneficien al régimen, en los plazos y condiciones favorables, no podrán, no van a ser. Y si son, es porque pueden burlarlas, como el caso ya referido
El rechazo del soberano no es al sistema de dadivas (zanahoria/garrote), sino a Maduro. Preso de aumentar el gasto para el sistema de dadivas, y sus consecuencias…hiperinflación.
Por cierto, el libro de la política contraría el uso abusivo del gasto público. Al final lo pagan los contribuyentes, que terminan aborreciendo al sistema. De ahí, las tiranías nacen.
El manual del buen revolucionario establece la reconstrucción/adaptación del sistema con medidas judiciales. En el centro la analogía del Tribunal Supremo, como el de mayor jerarquía o Supremo por devenir de dios. Con lo cual estaremos en presencia de una teocracia. Será por eso el encanto de mirarse en los iraníes
La crisis presente es la mayor que ha enfrentado la actual presidencia. Sobre todo porque el concierto internacional levanta su voz de manera importante frente a las tropelías de un tribunal/régimen, todo indica que así se ven, para imponerse indefinidamente
Las condiciones y posturas de la oposición tienen mucha fragilidad. Depende de elecciones para: 1 amalgamarse 2 legitimarse frente a su audiencia o mercado. La bestia ha crecido. Enfrentarla es de titanes. Deben tomar el tiempo, y entender que es el Poder la meta última a alcanzar, y eso se hace con Política
Bladimir Díaz Borges