Guiados por las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, que nos dejó como lección principal el amor al prójimo y la solidaridad con quienes sufren; y que con su ejemplo nos llama a unirnos en defensa de la vida y de los derechos humanos, hoy en Venezuela estamos obligados a atender el llamado de Juan Pablo II “No tengamos miedo”. Ser católicos es ser valientes y tener un profundo compromiso con el bien de todos nuestros hermanos.
Quienes creemos en Dios debemos unirnos en oración, pero también en acciones cristianas que promuevan los valores de la justicia, la libertad y la paz; que nos permitan luchar contra la opresión, el hambre y la muerte.
Somos miles de venezolanos los que estamos sufriendo. Todos vivimos las penurias de la crisis causada por la escasez de medicinas y alimentos; y todos hemos sido testigos de la promoción del odio, el rencor, persecución y exclusión de quienes piensan diferente. Nuestro compromiso cristiano tiene que impulsarnos a transformar esta realidad.
No estaremos actuando contra un gobierno legítimo sino contra un régimen que va contra el evangelio; que comete la herejía de endiosar a un hombre, intentando forzarnos a un culto contrario a nuestra fe en nuestro Dios verdadero. Con ello violan al menos dos de los diez mandamientos. Mientras el régimen promueve la muerte y el odio, nosotros como católicos y cristianos debemos promover la vida y el amor.
Alcemos nuestra voz y comprometámonos en lograr un país donde: se respeten los derechos humanos, en especial el respeto a la alimentación y la salud; no se ideologice a través de la educación y que la seguridad ciudadana no sea solo un discurso. Donde se luche contra el narcotráfico, contra la corrupción que tanto daño nos ha hecho como país. E, igualmente importante, un país donde se respeten las leyes y las instituciones, para que su servicio y acción sea realmente para el bien común; donde todos tengamos los mismos derechos y deberes y las mismas oportunidades.
Hoy debemos ratificar nuestro compromiso como personas de fe. Creemos que merecemos un país mejor y una sociedad más justa. Hagamos juntos la transformación que necesitamos para la mejor Venezuela.
¡Fuerza y fe!
@judithsukerman / [email protected]