Tantos encuentros, tantas palabras, tantos debates, tantos consejos, tanta risa, tanto cariño, tanta pasión, tanto compromiso, eso era Alfredo Croes.
Mi referente, mi confidente, mi guía, mi protector, mi maestro, gracias por tanto, pero segura que también de muchos.
Hoy mi corazón se llena de tristeza, de miedo, de confusión, no entiendo la razón por la que te fuiste, no entiendo la razón de lo qué pasó, pero hoy comprendo cuando una vez me dijiste no todo en la vida tiene una razón.
A lo mejor solo una élite sabe lo que tú significaste para la historia de este país, a lo mejor no toda Venezuela entiende tu pasión, tu entrega por el rescate de nuestro futuro, pero lo cierto es, que tú eras ese hombre detrás de tantas cosas que llenaron este país de esperanza y de posibilidad de cambio.
Fuiste cómplice de tantas travesuras, le diste sentido a tantas cosas que cuando solo eran una idea, no tenían, entendías tantas cosas, que nadie entendía, sabias cuál era la razón de ser de muchas luchas y que no eran estériles, sino que tenían un fondo de principios y ética, pero también me enseñaste la diferencia entre valores y principios, y qué hay cosas a veces que no son como el mundo que uno quisiera tener y que por eso hacíamos política, pero también me recordabas la importancia de la humildad en todo momento.
Tantas veces me retaste a ser mejor, a perdonar, a entender que habían cosas que no tenían la importancia que yo creía, que la gente no se dividía en buena y en mala, y que cuando alguien te cerraba la puerta, tú debías buscar entrar por la ventana.
Tú veías más allá de lo que cualquiera podía ver, eras un visionario, no callabas, nadie podía comprarte porque simplemente tu precio era demasiado alto. Tú humanidad llenaba de luz por doquier, pero tu conocimiento también, tú descubrías cosas en mi que ni yo sabia que existían, tantos planes, tantos sueños, tantas ideas, tantas ganas de derrocar la dictadura, solo por una razón: un futuro para tu nieto en Venezuela, tu regalo más grande era este país, a lo mejor no lo podrás ver desde la tierra con nosotros, pero te aseguro que completaremos tu legado y se lo entregaremos a el y a miles de niños en libertad.
Peleaste conmigo para que siguiera escribiendo, no era fácil, porque a veces tantas cosas, tantos pensamientos y tantos sentimientos encontrados, y no puedo creer que tu partida sea lo que me hace de nuevo tomar las letras en tu honor.
Alfredo Croes era un demócrata, una voz crítica, un soñador, un maestro, un consejero, un asesor, un padre, un hermano, un amigo, un abuelo, eras tantas cosas, que sé que son muchos los que hoy lloran tu partida, de todos los colores, algunos en público, otro en secreto, pero lo cierto es que tu partida duele en el corazón y las entrañas de esta tierra, tu tierra amada, tu sueño de oro, tu mejor proyecto, el más complejo pero el mejor, hoy más que nunca tus palabras retumbaran en la cabeza de tanta gente y a lo mejor está sea una jugada tuya con dios que hoy no entendemos, pero que probablemente en tus escenarios y estrategia, en aquellas miles de mesas de madera, de grupos de debate, de tragos, de focus y encuestas, tú si la tengas clara y el reto de nosotros para ser mejores es descubrirla, entenderla y ejecutarla.
Cada viaje, cada paisaje, cada joven, cada acción será en tu nombre, en tu honor, en nuestro sueño compartido.
Hoy te despedimos, hoy elevamos tu nombre, hoy le decimos al pais quien era Alfredo Croes y lo importante que era para esta tierra.
Que en paz descanses.