Al mantener sus posaderas en Roma, Isaías Rodríguez disminuye significativamente el cociente intelectual promedio de Italia; la hermana del El Aissami es la peor muestra de la patanería venezolana en la culta Holanda…. El soez de Moncada da pena ajena en la OEA… un tipo extraño, que ni siquiera habla bien el español, es encargado de negocios en Washington DC…. Alfredo Toro Hardy se prostituye intelectualmente al guardar escandaloso silencio en Singapur, el impresentable Roy Chaderton adula sin cesar; la Sra. Urbaneja siembra vergüenzas por donde pasa, en Uruguay, Brasil o México; un gorila como Orlando Maniglia vive en Berlín pero Berlín no vive en él. Rafael Ramírez y la Sra. Chávez están en la ONU para protegerse de los juicios y las investigaciones que deben hacerse sobre sus finanzas. Bandidos tras bandidos tras bandidos, en todos los rincones del mundo, representando a nuestro país, degradándolo cada vez más con sus nombres y sus presencias.
La baja calidad moral y, generalmente, la ignorancia de estos personajes, hace más trágico el contraste entre los chavistas que lo tienen todo, porque se lo han robado todo pero no aprecian la civilización en la cual viven y los venezolanos deseosos de superación, quienes han sido aprisionados y esclavizados por la horda de los bárbaros. ¿Qué podrá un Maniglia disfrutar en un museo berlinés? ¿Qué sabrá la Sra. El Aissami sobre pintura flamenca o sobre el cultivo de tulipanes? ¿Qué otra habilidad tendrá la embajadora Urbaneja que no sea bailar merengue con Aristóbulo? ¿Cuál ha sido la contribución de Alfredo Toro Hardy al lustre de la Venezuela intelectual, a la democracia, durante los últimos 18 años? ¿Cuál será el poema de Isaías Rodríguez que no de ganas de reír por lo cursi o cual de sus actuaciones no nos llena de vergüenza? ¿Qué hace Ramírez en la ONU que no sea alinear al chavismo, de manera cínica y entreguista, con los países forajidos del planeta? ¿Que harán los diplomáticos chavistas en África que no sea traficar con drogas o asesinar a sus compatriotas?
Al guardar silencio o, peor, al emitir declaraciones de apoyo al narco-régimen, estos tristes embajadores están escribiendo una de las más negras páginas de la trágica Venezuela del siglo XXI. Representar un régimen dictatorial, corrompido, ignorante y desconocedor de los derechos humanos los hace a cada uno de ellos partícipe de la podredumbre y, como tal, deberán pagar. Al próximo gobierno venezolano introduciré un petición debidamente razonada y documentada a fin de lograr el enjuiciamiento de los embajadores del chavismo, quienes vendieron su nombre a la barbarie, a fin de poder vivir cómodamente – en ocasiones con dineros mal habidos – fuera de la patria arruinada.