Mis reflexiones ante el 19 de abril, expuestas con la mayor simpleza posible.
El universo opositor acudirá al 19A con dos agendas distintas, la de la clase política y la de la gente, para ponerlo simple: la oposición saldrá dividida.
(sobre todo porque una de sus divisiones, no es oposición)
¿El régimen afrontará el 19A igual de dividido? Y aquí lo importante no es su división política sino militar: ¿existe la posibilidad de fractura en el seno de la FA?
Para el régimen, el 19A será una operación militar, y lo está anunciando en términos militares inequívocos, desde hace días, de esto no se puede tener la menor duda, e incluyan en esto el despliegue agitatorio de los últimos días, más distractivo que intimidatorio, el cual no preanuncia necesariamente un baño de sangre, a no ser que el estado de conmoción interior, la suspensión de garantías y el toque de queda, hayan sido prefijados como el objetivo táctico de la jornada.
La eventual caída de Maduro, se las dejo como juego de mesa educativo para niños entre 3 y 5 años, Maduro no tiene importancia, es un mascarón de proa.
La caída de Maduro en las actuales circunstancias, sería un relevo en el mando civil, operado por el poder militar, si Maduro cae sin fractura de la FA, no estará ocurriendo otra cosa, que la apertura de las compuertas a la verdadera radicalización. El que se fue no hace falta, cantarán algunos.
En el supuesto negado de la caída de Maduro con fractura de la fuerza armada, las compuertas darían paso a la guerra civil, cuya inestabilidad podría durar años, desde luego, ningún militar se lanzará por allí, desde luego, la comunidad de tutores y garantes internacionales, no permitirá eso, pues todos absolutamente todos, desean la estabilidad para el país negocio, para el país lavadora.
Se pretende con el 19A forzar o incluso hacer caer, a un régimen militar que es un conjunto militar/civil/delincuencial/terrorista, que va más allá de los cuarteles. La pretensión contará con fuerzas en la calle desorganizadas, desarmadas y divididas, renunciando escrupulosamente a cualquier efecto sorpresa en el espacio/tiempo. Sun Tzu no podría calificar esto de suicidio, porque la meada de risa no le dejaría.
Si la pretensión del 19A es “presionar”, sepan que a este régimen militar solo se le puede presionar rompiendo su monopolio sobre el caos.
De todos modos, la verdadera presión que se busca, la que única que cabe en los cálculos de la clase política, es pura y simple táctica de pre-negociación, tutelada internacionalmente, la cual procederá en tiempos y ritmos diplomáticos.
Dejo a la conciencia individual de cada quien, el participar de esta escenificación, este servidor en particular, no arriesgaría ni un milímetro cubico de sangre, por nada de esto.
Si de verdad se quiere hacer algo, se debe abandonar el impulso irresistible de la idiotez colectiva.
Lo que hace falta es un pacto contra el poder y sus asociados, que sea:
insurreccional
clandestino
impredecible
atemporal
antifrágil.
Esto requiere seriedad, requiere discreción, requiere tiempo, y un verdadero esfuerzo de comunicación, coordinación y sincronización, hacia la desobediencia civil organizada y generalizada.
Esto requiere una junta, que coordine entre la resistencia ciudadana, poderes alternos civiles, y militares activos. Una junta que coordine una política interior, hacia lo civil y militar, y una política exterior.
Esto se puede hacer, y se llama conspiración.