Residentes de la céntrica urbanización Sucre, donde cada día es más salvaje la represión por parte de la Guardia Nacional Bolivariana, de la Policía Nacional Bolivariana y de grupos paramilitares, reseña El Impulso.
Así lo expresó el sociólogo Nelson Fréitez, quien a la medianoche del miércoles formó parte del grupo de mediación que trató de hacer reflexionar a los piquetes de efectivos militares que estaban lanzando bombas de gases lacrimógenos, perdigones y hasta accionaron armas de fuego contra las personas que estaban refugiadas en los bloques del mencionado urbanismo.
Fréitez y sus acompañantes, el pastor evangélico Álvaro Rea, el sociólogo Mario Perdigón y el secretario general de Gobierno de Lara, Dr. Erick Valles, vivieron momentos de terror cuando fueron rodeados por los militares en la acera del supermercado Dragón de la Sucre, de la calle 33, diagonal a los bloques 23 y 24, que desde tempranas horas de la tarde habían sido atacados por los funcionarios uniformados de verde. Incluso, hubo en el lugar la presencia de una tanqueta de combate.
Represión indetenible
Fréitez se refirió al lanzamiento intenso de lacrimógenas hacia los apartamentos.
Desproporcionado e indetenible ha sido la represión, afirmó. Frecuentes son los ataques con perdigones a los manifestantes y la noche del miércoles hubo disparos con armas de fuego contra una población indefensa. La actuación salvaje se prolongó hasta las dos de la madrugada del jueves.
Han lesionado y herido a los jóvenes que protestan por la situación que se está sufriendo. Se tiene conocimiento de la presencia de hasta 200 efectivos. En estas agresiones masivas sufren personas de todas las edades. Algunas de las víctimas heridas que estaban en la azotea no se les permitía los auxilios de los paramilitares y médicos que asistieron al lugar.
Como dice el cardenal Urosa: la represión es la que genera la violencia. La comunidad puede protestar, porque éste es un derecho constitucional y no un delito. Después que los militares reprimen, hacen su aparición los grupos paramilitares, llamados colectivos.
Tenemos denuncia de que estos individuos motorizados y armados tienen su centro de operaciones en el estacionamiento de la Corporación Venezolana Agrícola, en el antiguo ICAP, donde se aprovisionan.
Una de las hipótesis por las cuales se agrede tanto a la urbanización Sucre es porque estando tan cerca, es una de las zonas de mayor protesta. Incluso se le quiso responsabilizar de unos saqueos que se cometieron una noche, durante un apagón, en el centro comercial El Recreo.
No atacan a malandros
Coromoto Quintero, habitante del área de las viviendas, afirmó que la noche del miércoles se generó demasiada violencia contra un grupo de jóvenes que estaban protestando pacíficamente, sin armas, solamente con consignas a viva voz.
No admito la violencia, pero allí estamos pagando todos. En la Sucre vivimos gente de clase media, trabajadores y profesionales, donde no existe ningún grupo armado y, por supuesto, no existen colectivos. Nadie ha hecho un disparo contra los represores.
Lástima, dolor y llanto producían aquellas criaturas pidiendo que los salvaran porque muchos intentaban lanzarse al vacío, expuso. No hay palabra para describir esa angustia que sentçian cuando eran acorralados por esos militares y policías, cuya función es la de resguardar la integridad física y la vida de todos los venezolanos; pero ahora aterrorizan y amenazan con matar a inocentes personas. No es que los defienda. Pero, son seres humanos y por la misma represión ellos tratan de defenderse con piedras. A cambio son atacados con perdigones y metras, además de lacrimógenas contra el cuerpo, porque la intención es tirarles a matar a sangre fría.
Además llegan tumbando los portones y ya destruyeron un gran número de carros que se encontraban en uno de los estacionamientos de los bloques, donde acabaron también con los vidrios de las ventanas.
He venido aquí para pedir que cese la represión y retorne la paz a la Sucre, porque en esta urbanización no hay malandros. Y por eso es que los militares no han tenido la respuesta con armas.
Actuación criminal
Como conocedor de los Derechos Humanos, declaró Jairo García, de Universitas Fundación, no he salido de la sorpresa de la actuación del Gobierno, que es criminal.
La persecución de cualquier persona que haya incurrido en un delito tiene su procedimiento indicado por ley y no puede ser sometido a tortura. Pero, en el caso de la Sucre es un delito lo que está cometiendo la GNB. Puede ser un delito de lesa humanidad, el cual no prescribe, porque esos funcionarios están atacando a una población desarmada totalmente. En algún momento van a ser perseguidos por la justicia nacional e internacional. Eso hay que repetirselo a los agresores que están representando a un Estado. La noche del miércoles fue solicitada la presencia de la Defensoría del Pueblo y Fiscalía del Ministerio Público, pero fue inútil.
Edgar Silva, Víctor Martínez, Yonaide Sánchez y Carmen Luisa Durán se sumaron a la declaración como representantes de instituciones defensoras de derechos humanos.