La Policía Federal brasileña lanzó este jueves un operativo para combatir el tráfico de mujeres con fines de explotación sexual en el estado fronterizo de Roraima, la mayoría de ellas venezolanas en situación de vulnerabilidad económica.
AFP
Las chicas son seducidas para trabajar en casas nocturnas en la capital estatal, Boa Vista, a cambio de posada y, a veces, de comida y algunas son luego reclutadas para trabajar en municipios del interior, explicó el comisario Anderson Dias.
Los propietarios de las casas nocturnas abusaban así de la difícil situación de esas venezolanas, pero las primeras investigaciones descartan que estuvieran en una situación de ‘cárcel privada’ o esclavitud.
“Muchas de ellas se están prostituyendo sólo por su vulnerabilidad económica”, dijo a la AFP Dias, al señalar que un encuentro sexual con una venezolana cuesta en promedio 50 o 80 reales (entre 16 y 25 dólares) en Boa Vista, aunque “a veces menos que eso”.
“Las mujeres debían realizar los programas sexuales en el local, proporcionando mayores beneficios para el establecimiento”, señaló la Policía Federal.
La llamada operación “Codinome” fue lanzada la madrugada de este jueves en la capital de Roraima y otros seis municipios del estado.
La policía inspeccionó 17 establecimientos y ocho residencias privadas y detuvo a cinco propietarios de esos locales, mientras que las mujeres -cuyo número no se precisó- fueron llevadas a comisaría para que den su testimonio.
“Esta situación estaba muy concentrada en la capital, pero vemos cómo está migrando hacia otros municipios”, comentó Dias.
La investigación comenzó hace siete meses a partir de una información de prensa que aseguraba que había venezolanas viviendo en situación de ‘cárcel privada’ en casas nocturnas de Boa Vista.
“Hay muchas venezolanas trabajando como prostitutas en Boa Vista, pero la prostitución aquí no es crimen, lo que sí es, es la explotación sexual y es esto lo que estamos investigando”, dijo el comisario.
Dias dijo que las venezolanas llegan de forma espontánea al país, a veces invitadas por una amiga o un familiar, y aseguró que no tiene información de que exista una red que las traiga desde Venezuela, pero que la investigación sigue en curso.
Desde 2014 más de 12.000 venezolanos migraron hacia Brasil y la mayoría permanecen en Roraima, según un informe de Human Rights Watch divulgado en abril. El flujo anual se quintuplicó en los 11 primeros meses de 2016, cuando se registraron 7.150 entradas.