“Mientra tenemos una guerra en las calles, hay un Gobierno subordinado a Cuba, cuyo presidente y ministros bailan y celebran la indolencia y la barbarie”, asegura Wilson Castro, coordinador de Gente de Guayana, que recrimina al chavismo por los heridos, detenidos y las muertes generadas por la acción de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y los colectivos terroristas.
“Vemos como no les importa un pueblo que sale todos los días pacíficamente a exigir democracia, pero tampoco les importan las clases populares que mueren de hambre, o por falta de medicinas, ni las miles de vidas que se pierden por el hampa desbordada”.
Considera que desde que inició el proceso de presión de calle constante el 4 de abril, el Gobierno se ha desenmascarado y deja en evidencia su carácter dictatorial, propiciado por “una minoría que se enquista en el poder y no quiere dar paso por miedo a verse al descubierto”.
Recalca que estas movilizaciones de quienes adversan al Gobierno están justificadas por la negativa del régimen a propiciar soluciones democráticas: “Primero mataron el revocatorio, luego se inventaron mil excusas para no hacer las elecciones regionales y ya están por quedar en deuda con las municipales”.
Pueblo contra pueblo
Lamenta que esta actitud del chavismo esté enfrentando a los jóvenes venezolanos, “unos representando la fuerza del Estado en la GNB, y otros que representan la gallardía, el coraje y los valores de la ciudadanía”.
Asegura que quienes se enfrentan a la represión ordenada por la cúpula chavista están luchando “por la libertad, el futuro y un cambio positivo”, porque se sienten defraudados por el Gobierno y desesperanzados por no poder vivir como cualquier joven del mundo.
“Ellos representan los valores de la democracia, la petición de vivir en libertad, que exista justicia, que cese la persecución contra quienes pensamos distinto”.
Se tambalea
Para Castro la desproporcionada represión a las movilizaciones opositoras es una evidencia de que el Gobierno está debilitado y una muestra de la efectividad de la presión que los ciudadanos ejercen desde las calles o desde cualquiera de los escenarios de lucha planteados.
“No podemos caer en la desesperanza y pensar que no se ha logrado nada, debemos seguir luchando, en unidad, con la sociedad civil, partidos políticos, sindicatos, gremios, todos como un bloque cohesionado que permita mantener la presión”.
Considera que Guayana es una evidencia de esto, porque se colocan “cantidades absurdas” de funcionarios para la custodia de una plaza pública, que de igual forma fue tomada de manera pacífica y sin previsiones por la marcha de las mujeres, dejando claro la capacidad de resistencia del pueblo.
Nota de prensa