Si en tu organización tienes empleados que no colaboran entre ellos, que tienen una situación tirante, o que los empleados se culpan unos a otros de no hacer determinadas tareas o sencillamente nadie termina realizándolas, entonces tienes un problema.
¿Por qué sucede? Hemos hablado en artículos anteriores que hay estilos de comportamiento más compatibles que otros, compatibilidad que no garantiza que la gente pueda aprender a llevarse bien.
Pero, lo más importante, la cabeza de la empresa debe cerciorarse que no se deba a la falta de directrices claras, a que las metas sean confusas o no haya verdaderos sistemas de trabajo con un organigrama bien elaborado.
La otra razón, muy común por cierto, es que tú mismo lo permitas, porque si no te das tiempo de sentarte y organizar tu empresa en cuanto a sus metas, a los KPI´s y no te das el tiempo de tener juntas semanales y mensuales con tus directores para examinar los avances, surgen incertidumbres en el ambiente que pueden derivar en problemas personales.
Si te encuentras en una situación parecida, con dos o más empleados que son competentes y resultan valiosos para tu organización, una manera efectiva, de lograr integrarlos a ambos en un trabajo armonioso, es ponerlos a trabajar juntos en un proyecto, donde ambos tengan el mismo nivel de responsabilidad.
Al obligarlos a compartir tareas y tener igualdad de responsabilidades en el éxito del proyecto, ambos profesionales deberán dejar de lado sus propios sentimientos para enfocarse en la tarea, y durante ese período de intercambio de información, de tiempo, de rose profesional, normalmente sucede que bajan las tensiones y se liman asperezas.
Es mucho más productivo tener un excelente equipo de trabajo que profesionales muy competentes pero “llaneros solitarios” dentro de la organización, y es por eso que esta práctica suele fortalecer la empresa.
La suma de las partes es siempre más valiosa que talentos individuales. Cada uno de los miembros de tu equipo tiene diferentes personalidades, habilidades, y experticias. Cuando se conjugan en un bien común dejando de lado diferencias personales, el resultado suele ser arrollador. De manera que antes de pensar en desechar empleados por enrarecer el ambiente de trabajo, prueba verificar si, a pesar de ello, es posible que trabajen exitosamente en equipo. Podrías sorprenderte.