Inicialmente pensé en hablarles desde mi posición como académico -estudioso de la política y del derecho-, para insistir sobre el rol que ustedes, los representantes de la Fuerza Armada Nacional, deben ejercer conforme al mandato constitucional.
Sin embargo, conociéndolos como los conozco, entendí que perdería mí tiempo si trataba de hacerlos entrar en razón, invocando los valores democráticos de derechos, deberes y justicia, plasmados en nuestra constitución. Pedirles lealtad a tales valores, sería invitarlos a actuar como caballeros y no como lo que son. Por tal motivo, hablaré desde la moral y con los términos que ustedes entienden: la Realpolitik y la alineación con el más poderoso de turno.
En síntesis, les conviene apoyar a la oposición. De no hacerlo, tanto ustedes como sus familiares podrían terminar en la cárcel, (Dios no lo quiera) ser víctimas de la violencia, sometidos al escarnio público por varias generaciones, y con el grueso de sus fortunas en dólares congeladas. Seguir protegiendo a Maduro y a la elite civil que lo acompaña, derrumbará por completo sus planes de un retiro feliz y privilegiado.
Están consintiendo un tipo de violencia que si escala podría sacarlos del juego
Yo sé que están en una posición difícil, en medio de dos factores polarizados. Yo sé que no quieren violencia porque son ustedes quienes están ejecutando las órdenes de pacificar por la fuerza a un pueblo hambreado y cansado de humillaciones. Yo sé que no quieren más violencia porque son padres y corresponsables por los más recientes asesinatos de jóvenes disidentes, independientemente de que ustedes no deseen la muerte de estudiantes o de que no sean los autores materiales e intelectuales de tales crímenes de lesa humanidad –Léanse el artículo 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
El problema es que la actual elite civil que gobierna no se va a echar para atrás por motu propio. El temor de que los maten o encarcelen si salen del poder, los ha radicalizado de forma tal que están demostrando ser capaces de reprimir, torturar y matar a todo el que se atraviese, con tal de mantener esa farsa fracasada llamada revolución.
Si uno de sus cálculos es que el otro sector del país cesará su lucha, consideren la siguiente variable. Resulta que los cubanos y el cogollo chavista decidieron cogerse el país definitivamente. El desconocimiento de la Asamblea Nacional, la suspensión de elecciones y la supuesta constituyente significa que los pedazos de la torta del poder en Venezuela ya no son repartidos entre varios factores sino que ahora el control robolucionario tiene que ser total, en vista de que perdieron el apoyo popular.
¿Acaso ustedes creen que el otro grupo se va a quedar con los brazos cruzados? Les informo que esos factores políticos y económicos no se van a dejar quitar sus privilegios y tendrán que matar algunos de ellos y a los millones de venezolanos que aceptan esos liderazgos para poder hacerse del control absoluto de Venezuela. De paso, hay otra variable en contra, la del propio liderazgo chavista –desde Rodríguez Torres hasta Pedro Pérez en Amazonas- marginado por un cogollo negado a compartir el poder fuera de su círculo.
Si los militares no ponen un parado a los cubanos y a sus agentes en Venezuela, serían corresponsables de la matazón que ocurriría en el país. Les comento que, por si no lo sabían, los miles de millones de dólares que los burócratas chavistas se han robado no se comparan a los recursos económicos, nacionales e internacionales, con los que cuenta su contraparte.
Actualmente la oposición venezolana no está armada, pero si la cúpula gobernante no destranca el juego, existe el riesgo de que los sectores radicales de la oposición respondan a esa ley del embudo del gobierno, ya no con manos blancas y piedras sino con balas y bombas. Venezuela podría convertirse en Somalia o Colombia, con fuerzas paraestatales controlando partes del territorio, con autodefensas de ambos lados, defendiendo sus espacios de poder, ejecutando atentados selectivos, terrorismo y secuestros políticos.
Hay otro riesgo aún mayor e indeseable: una intervención de fuerzas extranjeras que haga caída y mesa limpia. Olvídense de H? Chí Minh y su famosa guerra asimétrica. En esta época de drones y ejércitos de mercenarios sofisticados, los líderes políticos y sus altos mandos militares nunca salen vivos. Ese es el caso reciente de Irak y Libia. Por supuesto, después queda la tierra arrasada, un estado fallido y una nación más dividida. Sin embargo, Hussein, Gaddafi, algunos miembros de sus respectivas familias y sus aliados militares no vivieron para contarlo. Venezuela tampoco es Siria o Corea del Norte, así que no se ilusionen con fuerzas rusas y/o chinas cruzando océanos para socorrer al gobiernito de Maduro.
Si hay una salida de mutuo beneficio para todas las partes
Tienen que darse cuenta que ustedes son el verdadero poder que sostiene al gobiernito. Ellos perdieron la base popular y el apoyo mayoritario de la FAN ¿Con qué respaldo entonces podría ese cogollo emprender una guerra asimétrica? Tendrían que seguir el ejemplo de Sierra Leona y contratar un ejército privado para hacerle frente al grueso de la FAN –opuesta al régimen- y a las fuerzas desplegadas por los sectores civiles armados.
¿Quieren ustedes terminar de fracturar a la FAN? ¿No se dan cuenta que los cubanos y sus protegidos, los tienen manipulados con el psicoterror de que se si les quitan el apoyo, irían derecho a la cárcel –Diosdado diría, si saltan del barco, serán devorados por tiburones? Lamentablemente, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Los cubanos aplicaron una táctica común en las llamadas autocracias rentistas. La literatura en ciencias políticas es densa en estos casos donde el gobierno civil hace cómplice a la cúpula militar para arraigarla al poder, pues es el factor castrense quien en definitiva puede mantener al desprestigiado dictador gobernando –básicamente ponen a los militares en cargos donde se mueva dinero para después tener maneras de chantajear.
Ante esa vieja táctica, yo les puedo garantizar que, actualmente, ustedes serían protegidos si restituyen el hilo constitucional y permiten que se hagan elecciones generales o se constituya un gobierno de transición, del cual podrían ser enlace. Todavía el agua no ha llegado al cuello y, más bien, están a tiempo de quedar como los héroes que salvaron la democracia venezolana. Con ustedes es posible negociar una amnistía de manera que no sean juzgados ni encarcelados. Entenderíamos que estaban haciéndole el aguaje al gobierno para que éste no les pusiera los ganchos. Si en Colombia y en Centroamérica se llegaron a acuerdos transicionales con factores que cometieron peores excesos, en este caso hay legitimidad para salvarlos a ustedes, porque de eso depende la paz, la gobernabilidad y el desarrollo económico de Venezuela en el corto plazo.
Al lado de los cubanos, Maduro y Diosdado ustedes tienen un pésimo futuro garantizado
Hay otra táctica cubana que les espera. Cuando ya no sean útiles, los apartarán y usarán como chivos expiatorios. Recuerden que el gobierno siempre necesita culpables. Sabemos que Fidel siempre tuvo favoritos y que solía enamorarse políticamente de camaradas talentosos a los que luego aislaba para que no le hicieran sombra –desde Camilo Cienfuegos hasta Felipe Pérez Roque.
En Venezuela, fíjense como han terminado algunos de sus compañeros militares. Ustedes saben que el único que ha encarcelado y torturado militares, con la excusa de supuesta corrupción y otros delitos, es el gobierno, no la oposición ¿Acaso han visto ustedes a algún militar venezolano preso en Estados Unidos? La realidad demuestra que todo militar que cruzó la calle, se le garantizó su libertad y privilegios. Remítanse a los hechos y comprueben quién ofrece mejor protección de mediano y largo plazo.
Si piensan que de la mano de los cubanos, esta gente va a permanecer en Miraflores indefinidamente, reitero que los factores de poder, nacionales e internacionales, no van a permitir que la elite que ustedes protegen se eternice en el poder, como ocurrió con los comunistas en aquella isla. Por otro lado, Venezuela no es Cuba y la época tampoco es la misma. Por ejemplo, Cuba carece de los recursos naturales y la importancia geopolítica de Venezuela. Recuerden también que Fidel liquidó a la elite de Batista. Este cogollo chavista podrá matar estudiantes pero jamás logrará eliminar a las elites políticas y económicas que se le oponen y que son, en definitiva, quienes tienen los recursos para luchar por el tiempo que sea necesario.
Les explico cuál es el mayor obstáculo que tendrán con su actual estrategia de estirar la arruga -para ver si la oposición y el resto de Venezuela se dejan meter el dedo, mientras la elite chavista y sus familiares gozan la gran vida capitalista. La analogía es la paz de Versalles, como les advertía a los líderes de ambos sectores que decidieron simular un diálogo en el 2014. Con esta pretensión de paz conveniente para un solo sector no van a aplacar la rebelión sino acumular más pólvora para el futuro cercano.
Mi mensaje final: La guerra viene a menos que ustedes la eviten. La única manera de evitarla es sacando a Maduro y a su grupo. Comprendan que ellos ya no tienen poder; el poder son ustedes. Ahora, si erróneamente piensan que Maduro está ganando y tratan de impedir la guerra neutralizando elementos del otro bando, la misma será inevitable porque ese otro sector si es un poder real en sí mismo y no depende de ustedes para mantenerse en pie de lucha. Mientras más tiempo pase, más violenta será la salida. Y en todos los escenarios violentos, la FAN tendrá un rol protagónico, con ustedes tomando la decisión final o con la intervención de otros oficiales que los sustituyan de facto. Advierto, el apoyo es ahora, no cuando pasen a retiro y no tengan comando. Guerra avisada no mata soldado… ¿Así o más claro?