Romper con el estereotipo preestablecido de la mujer es una tendencia que está al orden del día y que afortunadamente se ha trasladado a la industria que, año tras año, alimentaba estos cánones: los certámenes de belleza.
Justine Clark y su candidatura a Miss Mundo Australia ponen rostro a un nuevo modelo de concurso que promueve la conciencia social, convirtiéndose en la primera aspirante al título en silla de ruedas.
El pasado 19 de febrero se celebró la final en el sur de Australia para seleccionar a la representante que participará en la final nacional. Ahí se encontraban algunas de las mujeres más hermosas del país, sin embargo Clark fue el foco de todas las miradas.
La joven de 26 años es una despampanante belleza rubia de rostro dulce y tez pálida que sufre una minusvalía a causa de una mal formación en su pierna izquierda. Este es el motivo por el que utiliza una silla de ruedas desde hace dos años.