El Real Madrid, liderado por la velocidad y la pegada de Cristiano Ronaldo, recuperó el liderato tras vencer al Celta de Vigo (1-4) en el partido aplazado, y se proclamará campeón de Liga si el próximo fin de semana logra puntuar en su visita al Málaga en el cierre de la competición, reseñó EFE.
No hubo sorpresas en los equipos titulares. El técnico celeste, Eduardo Berizzo, no recuperó al mediocentro serbio Radoja, con molestias en el tendón de aquiles; el francés Zinedine Zidane prefirió a su compatriota Varane antes que a Nacho, al que el Comité de Apelación había levantado la sanción.
Tampoco hubo sorpresas en el guión táctico: el Celta tuvo la pelota y el Real Madrid la velocidad y la pegada, como demostró Cristiano Ronaldo a los diez minutos. Gol en la primera oportunidad. Recogió fuera del área una pelota que guiaba Isco e inventó un latigazo imparable.
Vivió cómodo el Real Madrid durante la primera media hora, sin grandes sobresaltos, resguardado con ese gol del internacional portugués. Tampoco inquietó mucho el Celta, desde hace semanas sin el ataque afilado. Lo intentó cuando su fútbol empezó en los pies de Jozabed, que trató de asociarse con velocidad con el trío de ataque, como cuando combinó con Pione Sisto, que culminó mal (min.25).
El Real Madrid apenas se asomó a la portería de Sergio Álvarez. Sólo mediada la primera mitad, en un contragolpe que inició con una recuperación en el centro del campo y concluyó dentro del área con un gran pase de Benzema a Cristiano Ronaldo que anuló Roncaglia en el momento justo (min.26).
Se desperezó el Celta en los últimos minutos. Se adueñó de la pelota, fue hacia arriba y lanzó varios avisos: un tiro de falta de Wass que despejó Keylor Navas (min.30); un par de lanzamientos ajustados de Aspas entre los minutos 35 y 36; y una acción por banda izquierda que acabó con una mano de Varane al borde del área que el árbitro no vio (min.38).
Insistió el Celta, rápido en las transiciones pero fallón en los metros finales. Encerró al Real madrid, que únicamente se refugió en los contraataques, la velocidad y la calidad de sus jugadores para trenzar una salida rápida, con precisión, tal y como hizo al filo del descanso en un balón que Kroos colocó a Benzema, blando en el tiro ante Sergio (min.45).
Esa versión del Real Madrid letal volvió nada más abrir la segunda mitad. Un fallo enorme de Guidetti para empatar el partido se transformó segundos después en una carrera de Isco con gol de Cristiano Ronaldo, un contragolpe de manual. El gol fue un relámpago que concentró la esencia del fútbol: el Celta perdona y el Real Madrid mata.
El partido, dormido, lo revolución Martínez Munuera cuando expulsó por segunda tarjeta amarilla a Iago Aspas. El delantero gallego pidió penalti de Sergio Ramos pero el árbitro no castigó el contacto y le amonestó. Poco después, con Balaídos airado, el colegiado no sancionó a Cristiano Ronaldo por fingir una caída en el área celeste o a Casemiro por una dura falta cuando tenía ya tarjeta amarilla.
El caos se adueñó del partido. Una pérdida de Isco la aprovechó el Celta para empatar Guidetti en un lanzamiento que tocó en Sergio Ramos y desconcertó a Navas. El ímpetu celeste lo aplacó el Real Madrid con otro contragolpe, guiado por Cristiano, Benzema y Marcelo, que asistió para el gol del francés.
Ese tercer gol derribó al Celta. Se volcó el Real Madrid. Y pudo golear: Ronaldo, tras varios pases con Kroos, falló lo impensable ante Sergio Álvarez (min.74), que se lució a continuación con una estirada en un lanzamiento de Isco.
La siguiente, clara, fue para Modric. Y el gol que cerró el partido llegó al borde del partido con un lanzamiento muy cómodo del alemán Kroos. El Madrid está a un solo punto de un nuevo título liguero.