En casi cincuenta días de una lucha pacífica, cívica, pero determinante de un pueblo cansado que decidió salir a las calles a poner coto a tanta anarquía, a tanto abuso de poder y a darle un parao a un régimen cuyo apetito carnívoro y grosero, se llevó todo a su paso sin remordimiento alguno, porque las ambiciones materiales de una pequeña cúpula cívico militar, acabó con cualquier proyecto revolucionario, y lo peor aún, con los sueños y esperanzas de quienes algún día les dieron un voto de confianza; lo que queda es resistir en todas las calles de Venezuela hasta lograr nuestra reindependencia.
La llama de la libertad, de la justicia y de la democracia, cada día se avivora más, porque mientras el régimen cree que con represión, muerte, violencia, violaciones a los derechos humanos y persecución, va a lograr contener esta llamarada de cambio, ocurre todo lo contrario, y es que por cada fallecido, por cada herido, por cada preso de manera injusta, la llama de la esperanza y de las fuerzas siguen vivas en cada región de nuestro país.
En nuestro estado Yaracuy, la represión, el odio y la retaliación de un gobierno regional que todavía sangra por la herida debido a la paliza electoral dada el pasado diciembre de 2015, cuando la unidad democrática obtuvo 112 curules en la Asamblea Nacional, todavía no lo superan. No obstante, el gobernador León Heredia y sus esbirros pasan la factura a un pueblo en su conjunto, que se levantó de manera valiente y dijo no más a tanta corrupción, a tanta ineficiencia y a tantas mentiras.
La llama de la esperanza seguirá viva en cada corazón venezolano, hasta que de manera pacífica y constitucional, hayamos logrado un cambio en el modelo político del país porque esto ya no se aguanta. Mientras Maduro busca oxigeno con una dizque Constituyente, nuestro pueblo muere de hambre y a mengua, producto de esta guerra a muerte declarada por el régimen a los venezolanos.
Seguiremos adelante en nuestra lucha, y nada ni nadie nos detendrá por más obstáculos que nos pongan; y así le anulen los pasaportes a todos los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática, la verdad no tiene fronteras, y el mundo ya sabe que Nicolás Maduro y su cúpula de adulantes, llevaron a Venezuela a un régimen dictatorial, totalmente desfazado, porque los pueblos del mundo lo que quieren es democracia.
Venezuela cada día estamos más cerca de lograr nuestro obetivo. La democracia, la justicia y la verdad, se impondrán por encima de intereses mezquinos de un régimen que no le importa asesinar a un pueblo inocente, con tal de mantenerse en el poder. Avivemos la llama de la esperanza, Dios nos da las fuerzas para vencer este demonio que tentó el bien en nuestro país.
Luis E. Parra
Diputado a la Asamblea Nacional
Primero Justicia Yaracuy
@LuisEParra