Domingo Alberto Rangel: Sector turismo, ninguna constitución estatista sirve…

Domingo Alberto Rangel: Sector turismo, ninguna constitución estatista sirve…

No hay espacio y tampoco tengo la intención de convertir mi columna semanal en un ensayo historiográfico sobre los efectos nocivos del estatismo exagerado en las constituciones venezolanas. ¡Qué Dios me libre de semejante desatino!

Por tanto me reduzco a reseñar un caso ocurrido durante la vigencia de la anterior Constitución… cuyos efectos nocivos continuaron con la actual Carta Magna… para algunos “la mejor del planeta”.

Durante el segundo gobierno del presidente Caldera, como viene ocurriendo desde que banquero es cualquier asaltante de caminos, muchos de las mayores instituciones financieras del sector privado quebraron.

Lo normal habría sido que tales fracasos llevaran a los responsables a pasar una temporada tras las rejas. Que un juez serio comenzará a pagar a los depositantes… si los sinvergüenzas hubieran dejado algo en caja. Que si el numerario no alcanzase, se comenzara a rematar, martillo por delante y sin pre calificaciones, los bienes restantes. Y que si quedaba dinero se repartiera proporcionalmente entre los acreedores y accionistas. No fue así.

Los bancos quebrados pasaron a manos del Ejecutivo Nacional, los depositantes quedaron en el limbo hasta que en el siguiente gobierno Hugo Chávez ordenó pagar las deudas. Los accionistas huyeron y para solaz del público se detuvieron algunos peces chicos.
Los bienes restantes no se remataron con lo cual los funcionarios encargados de custodiar bienes valiosos como obras de arte, cubiertos de plata y empresas como hoteles de gran tronío… se las robaron.

La administración Caldera entregó estos hoteles a su ente regulador del turismo, quien a su vez contrató una empresa española, la Meliá, para que los administrara bajo un contrato leonino.

Los españoles designaron un pillete como Gerente General quien una vez desembarcado en nuestro país montó una agencia de viajes y turismo y se las arregló para hacerse de un campamento en Canaima.

Recorto para que no se confundan: Este españolito aventajado dejó en pañales a Fernando VII. Los gastos operativos de su campamento los pasó a la cadena Meliá que en Venezuela administraba los hoteles provenientes de quiebras bancarias y la propaganda que se hacía en Europa y USA para atraer turistas –aunque el día que Rafael Caldera tomó posesión la noticia más comentada en el exterior fue que en una cárcel marabina los presos supuestamente habrían jugado fútbol con la cabeza de un recluso- estaba dirigida a llevar viajeros al campamento del aventajado Gerente General de los hispanos.

Es decir… los costos operativos y la propaganda del campamento los cancelaba el ejecutivo venezolano como si fuesen de los hoteles… y los turistas terminaban en Canaima. ¡Negocio redondo para el españolito!

El negocito siguió durante un tiempo con la Constitución de Hugo Chávez hasta que un socialista vernáculo se dio cuenta y en vez de meter preso al delincuente y vender los hoteles… se rescindió… pagándole a la Meliá… “el contrato”.
Otros ingresaron a administrar los hoteles y cómo a nadie le duelen esas propiedades… la ruina avanza pero no importa porque turistas no hay. Y al españolito, si acaso este dato importa, lo enviaron a… Cuba.

Tomé este caso emblemático porque me encabrito cada vez que escucho opositores defendiendo la actual Constitución… mientras otros alaban y añoran la anterior, de 1961.

Me encabrito cuando escuchó al presidente Maduro y a sus acólitos insistiendo en que la Constituyente sirve para “blindar los derechos que la Constitución de 1999 trajo a Venezuela”.

Y me encabrito porque aparentemente no hay quien diga que es al ciudadano a quien se debe blindar para que desafueros como el que esta semana comento sobre un caso del sector turismo –vendrán más ejemplos, no se atoren- son amparados por Constituciones enemigas de la libre creación de riquezas.

Todas nuestras Constituciones han permitido que a nombre del ciudadano que paga impuestos los funcionarios se apropien de bienes que nunca han debido ser “públicos”… y en definitiva tales latrocinios los paga la sociedad decente, sea que aumentan los impuestos y la inflación porque con lo recaudado “no basta”… o porque el estado ni siquiera cumple con sus obligaciones mínimas… porque “no hay presupuesto”…

Y uno se pregunta si comenzando un proceso constituyente que puede terminar validando algo peor a lo que ya tenemos… es sensato dejarle al gobierno que hoy día es minoritario… el campo abierto para que saque todas las curules constituyentes… en vez de pelear gallardamente… diciendo que el camino que llevan los oficialistas es un disparate… y peleando cual machos por la mayoría en la Constituyente… incluso con reglas tramposas.

Hay quien dice que eso es una pelea perdida… bien… les recuerdo que la misma recomendación divulgó Rómulo Betancourt en 1952… cuando Pérez Jiménez hizo una Constituyente… pero que por fortuna Jóvito Villalba… un demócrata liberal, de esa época… inscribió candidatos… y ganó la elección… obligando al dictador a patear la mesa.

65 años más tarde puede pasar algo similar y los agoreros tanto de la MUD como de las barricadas podrían recibir una lección de parte de un electorado que clama por una tregüita. ¡No todo está dicho en esta materia!

EL KU KLUX KLAN EN ALTAMIRA: El bárbaro y cobarde hecho de golpear, apuñalar y quemar vivo a un pasante porque su hermana, a la que golpearon, llevaba una franela roja, debe ser repudiado sin cortapisas… solo en etapas superadas por la humanidad, digamos la alta edad media… se acostumbró llevar a cabo un acto tan inhumano –impidieron que una ambulancia socorriera al quemado y una patrulla de Chacao no quería trasladarlo a un ambulatorio cercano-… solo el sureño Ku Klux Klan y el ISIS lo han hecho en épocas recientes… La Conferencia Episcopal como parte de un poder moral debería pronunciarse…

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