La Iglesia habló claro en la reunión con los representantes de la constituyente chimba de Maduro: La prioridad para el pueblo son los alimentos, las medicinas la seguridad personal y la libertad para opinar, decidir y elegir. Igual piensa la Fiscal General Luisa Ortega Díaz que considera el invento como inconveniente ya que sólo profundizaría la crisis.
Tanto la Fiscalía como la Iglesia creen innecesario y contraproducente realizar una constituyente para crear un nuevo texto constitucional, si como tantas veces se ha dicho, estamos ante una de las mejores constituciones del mundo. Si necesita algún cambio, perfectamente se puede lograr a través de una reforma o enmienda.
Mucho menos se puede permitir que un poder constituido y devaluado, como el Ejecutivo de Maduro, usurpe la soberanía del pueblo, claramente reconocida en la Constitución Nacional que dice que solo el soberano puede convocar a un proceso constituyente y establecer las bases comiciales a través de un referendo consultivo que es precisamente lo que Maduro y su combo no quieren hacer, como quedó claro en las declaraciones de Adán Chávez a TeleSur este viernes. Mucho menos someterían el texto final a un referendo aprobatorio.
Me pregunto: ¿Aceptaría Maduro consultar al pueblo las mismas bases comiciales que se usaron en 1999, es decir, las bases propuestas por el propio Chávez?
Para los que participamos en el debate de la Constituyente de 1999 resulta imposible imaginar que alguien pudiera convocar una constituyente sin consultar al pueblo, tal como quedó establecido en el artículo 347 de la Constitución.
Maduro está tratando de imponer una constituyente corporativa, sectorizada y de corte fascista, cuyos integrantes serán seleccionados por él mismo y donde el voto obviamente no va a ser universal y seguramente tampoco secreto.
La sentencia 355 de la Sala Constitucional del TSJ sobre la escogencia de los integrantes de las Juntas Parroquiales busca dar visos de legalidad a una elección de segundo grado para escoger a los integrantes de la falsa constituyente que promueve el régimen, eliminando así el voto universal, directo y secreto, base fundamental de la democracia.
Este intento de consolidar una dictadura en Venezuela cuenta con el rechazo contundente de la mayoría del país: la Iglesia, la Fiscalía General, la Asamblea Nacional, los gremios, sindicatos y todos los ciudadanos que protestan a diario en las calles de toda Venezuela, desde hace casi dos meses, exigiendo un cambio político que saque al país del atolladero en el que se encuentra. Cambio por el que le han quitado la vida a más de 60 venezolanos.
La movilización por el cambio debe continuar con amplitud, descentralizada y unida. Tiene que ser en todos los terrenos, nacional e internacional, obligando al régimen a ceder y aceptar las exigencias de la mayoría del país: Elecciones generales y libres sin presos políticos, inhabilitados ni exiliados, apertura del canal humanitario, desarme de los grupos violentos y cese de la represión militar.
Debe ser una movilización general. Ninguna constituyente chimba nos va a detener.
@TablanteOficial