Mediante un comunicado, los padres del joven estudiante Juan Pablo Pernalete, asesinado el pasado 26 de abril por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) durante una protesta en Altamira, reiteraron que la única versión sobre este hecho que reconocen es la ofrecida por la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, ofrecida el 24 de mayo durante una rueda de prensa.
LaPatilla.com
“El Ministerio Público es el único organismo encargado de investigar y garantizar los procesos judiciales, el respeto a los derechos y garantías constitucionales de los venezolanos”, indican en la carta.
Señalan que el estudiante de Economía en la Universidad Metropolitana (Unimet) salió a protestar por una mejor calidad de vida. “Protestar no es un delito, protestar no significa tumbar un gobierno, protestar significa que las cosas no están bien y que se está exigiendo un cambio de políticas económicas y sociales. Por ese simple hecho de protestar, nadie tiene derecho de reprimir y quitarle la vida a un venezolano”.
A continuación reproducimos el comunicado completo:
COMUNICADO DE LOS PADRES DE JUAN PABLO PERNALETE LLOVERA
Como ciudadanos y padres venezolanos hablamos en nombre de nuestro hijo Juan Pablo Pernalete Llovera, quien fue asesinado cuando salió a manifestar de forma pacífica el 26 de abril del 2017.
Queremos hacer de su conocimiento que reconocemos al único organismo encargado de investigar y garantizar los procesos judiciales, el respeto a los derechos y garantías constitucionales de los venezolanos que es el Ministerio Publico. A la vez, como víctimas, exigimos respeto y abstenerse a las personas o partes que no estén involucradas o facultadas para emitir juicios que puedan entorpecer la investigación en la muerte de nuestro hijo.
Juan Pablo, salió ese día a manifestar pacíficamente, ejerciendo sus derechos constitucionales como venezolano de poder expresarse, reunirse con sus compañeros de estudio, protestar por la situación diaria que vivimos todos los venezolanos. Pedir una mejor calidad de vida, querer tener un país de oportunidades, tanto para ellos como para nosotros. Pedir cosas tan elementales y básicas en un país, como es la alimentación, medicina, salud, seguridad, libre pensamiento, querer votar y expresarse libremente. Por eso salía nuestro hijo a la calle a manifestar pacíficamente.
Protestar no es un delito, protestar no significa tumbar un gobierno, protestar significa que las cosas no están bien y que se está exigiendo un cambio de políticas económicas y sociales. Por ese simple hecho de protestar, nadie tiene derecho de reprimir y quitarle la vida a un venezolano.
Nuestro hijo tenía sueños, planes, proyectos e ideales que cumplir al igual que todos esos muchachos hoy caídos, presos, y los que siguen expresándose a diario en las calles. Muchachos valiosos y el futuro de nuestro país.
Hoy, seguimos exigiendo justicia para nuestro hijo y hacemos un llamado de conciencia a que ya basta de tanta descalificación, ataques, insultos, cuando lo que se busca es la verdad y la justicia.
Ya basta de tanta represión por los organismos encargados de velar por la seguridad y el orden de los ciudadanos, cuando lo que buscaba nuestro hijo así como todos los jóvenes, es expresarse libremente como venezolanos que son y quienes además, están en su pleno derecho de hacerlo.
Hoy, nosotros como familia estamos viviendo el dolor y el horror de haber perdido a nuestro hijo de la forma como murió, al igual que las demás familias que están pasando por esta situación. Ya nuestras vidas nunca más serán las mismas. Hoy tenemos mucho dolor, dolor que nunca va a pasar pero queremos que sepan que también tenemos la fe y la fortaleza necesarias para seguir exigiendo justicia por nuestro hijo y ver cumplir sus ideales, aquellos por los cuales murió, y recordar siempre que la justicia divina llega y la terrenal no tenemos duda, que también llegara.
Si somos objeto de descalificaciones, agresiones y descréditos, ataques naturales de las personas que no tienen la razón, entendemos que este puede ser el precio para alcanzar los ideales de nuestro hijo Juan Pablo y lo asumimos con determinación, gran convicción y mucha fe en Dios.