El cinismo de la cúpula militar no tiene límites. Para los canallas del régimen, esos que se creen todopoderosos hoy, la represión brutal, sangrienta, criminal, de las fuerzas del orden y del desorden, no es tal. Ellos se refieren a esas acciones como actos de dispersión, actos en contra de los “violentos” que quieren subvertir el orden, derrocar al gobierno y acabar con el proceso que según ellos ha traído la mayor suma de “felicidad” a los venezolanos.
Sea cual fuere la calificación que ellos den a esas actuaciones criminales, los autores son responsables de Crímenes Internacionales y no son sólo el policía criollo o el cubano que está en primera fila, que gozan disparando metras y perdigones junto a bombas lacrimógenas. Son también responsables los que ordenan, pero más grave y eso no será excusa en los procesos que vendrán, ellos son responsables por no haber hecho nada para impedir que esos funcionarios del estado y los que no lo son como los paramilitares que actúan en nombre del régimen, cometieran los crímenes que han cometido. Si la Sala Constitucional abyecta del TSJ pretende responsabilizar a los alcaldes y gobernadores por permitir que en sus municipios o entidades haya manifestaciones, con más razón, todos los funcionarios públicos, incluyendo al “Defensor” del Pueblo y demás miembros genuflexos del Poder (In)Moral, las rectoras del CNE, los embajadores de Venezuela en el exterior y todos aquellos que forman parte del poder de hoy, serán también corresponsables de los delitos cometidos por el Estado por no haber alzado su voz para condenar tan abominables acciones.
La ignorancia es amiga de la torpeza muchas veces. Van de la mano y los militares y civiles militarizados en el poder no escapan de esta afirmación. Son ignorantes y ello los lleva a actuar torpemente.
No habrá tribunal alguno que los pueda eximir de sus responsabilidades penales, incluso internacionales, adonde llegará con seguridad si no se les juzga en el país o si la justicia divina, que ha resultado ser MUY EFECTIVA, no se les adelanta.
Los criminales herederos de Chávez insisten en acorralarnos con la represión, pero repito, no es una expresión de poder, por el contrario, es debilidad y ante ella, los opositores, los valientes jóvenes principalmente, con quienes tendremos deuda eterna, se crecen, siguen adelante y menos se rendirán.
Un país en paz, dicen los dirigentes de la tiranía. Un país en normalidad, afirman sin rubor.
Los programas del bandidaje incluido los seudo periodistas con pretensiones intelectuales, son utilizados para vender la mentira. Es fácil actuar en un mundo comunicacional secuestrado. Es fácil decir las cosas e intentar vender las mentiras sin rubor, pero los medios democráticos y aquí debo hacer un gran reconocimiento a La Patilla, entre otros, funcionan y los venezolanos creen cada vez menos en las falacias del régimen y sus colaboradores.
Nada detendrá la protesta pacífica, por el contrario, con la torpeza característica, la represión se acentuará y cobrará más víctimas, desgraciadamente, pero el final se les aproxima, el final de ellos, pero el renacimiento de la República, la recuperación de la libertad y de la democracia.
Robert Carmona-Borjas