La AN, si se apura, tiene la posibilidad de convertirse en el eje de organización de la transición. El paso necesario es designar un equipo que prepare la llegada del nuevo Poder Ejecutivo que gobernará hasta las próximas elecciones presidenciales.
Lo anterior hay que hacerlo rápido; de lo contrario, la AN se acabaría finalmente si Maduro logra desarrollar su mamarrachada constituyente. Ya el chavismo hizo su ensayo general en 1999 cuando la Asamblea Constituyente de entonces cerró el Congreso Nacional, con la venia de muchos parlamentarios y la resistencia valiente de unos pocos. La muerte del Congreso de entonces fue, y el país no lo comprendió en su momento, una escena del suicidio de la democracia. Recordemos la aquiescencia de los badulaques y recordemos la entereza de los que se opusieron.
En poco más de 50 días, si Maduro se sale con su treta, la disminuida AN podría ser eliminada y su espacio político, institucional e incluso físico pasaría a las manos de la dictadura y de la batahola tumultuaria de los fieles “elegidos”. La pandilla en el poder le puso un límite al tiempo de las fuerzas democráticas en esta hora: o Maduro se va antes del 30 de julio o se liquidaría al único poder público con legitimidad.
El arrojo, la lucha, la inmolación de tantos, la fiereza de los jóvenes, el enardecimiento de las multitudes, constituyen la base del cambio. Resulta emocionante y conmovedor ver a gente humilde, necesitada de comida, medicinas y seguridad, enarbolar una bandera común: la libertad. No era verdad como algunos pretendían que la libertad era consigna vacía para los dejados de la mano de Dios; al contrario, llegan a tener una visión más profunda y completa de su significado. Cuando el deseo de libertad prende en el alma de los desposeídos el cambio es inexorable.
Esta calle terca y valiente necesita que la AN adopte medidas políticas de alta envergadura. La designación con nombre y apellido de los magistrados del TSJ y de los rectores del CNE es demora incomprensible. Hacerlo es urgente; pero puede ir más allá: un equipo provisional Ejecutivo puede adoptar medidas en el plano económico, político y social, que adelanten la transición, con, por ejemplo, eventuales miembros de las directivas del Banco Central y de PDVSA. Puede anunciar el enjuiciamiento de los responsables directos de la represión. Y hasta puede designar representantes en el exterior mediante muchos de los más destacados compatriotas de la diáspora.
La AN puede ser la Constituyente de hoy. La que Maduro no podrá hacer después.