Abrieron tu pecho Neomar
Para sembrar la bandera
Que llevaras izada
con la vida de tus ideales
Caiste en ese asfalto
Por el que corrrias
buscando la libetad
insubordinado ante la opresión
En tu edad primaveral
Vistes tu cielo azul por última vez
Y te llevas para la eternidad
El honor de morir por tu patria
Debatir si fue una bomba o más bien
Un mortero es inútil,
Porque al fin y al cabo moriste
Cuando deberías estar dándole
Tu fuerza e impetuosa imaginación
Al país maravilloso que en tu nombre
Forjaremos y que no podrás conocer
Te mató la violencia de la intolerancia,
Te asesinó la impunidad de la tiranía,
Te dejo tendido en la calle la muerte
Que echan encima de los jóvenes
Los cocheros fúnebres que solo saben matar
Asesinar, linchar, electrocutar, desnucar,
Destripar y partir pechos
para arrebatarle el corazón a un hijo
ilusionado.
Ese surco en tu pectoral
Rociado de sangre será la savia
Que nutrirá de valor a los que
Te seguirán como paradigma,
Tu inmolación será el crucifijo
Que distinguirá la próxima marcha,
Y el nuevo plantón y la vigilia que viene
Y en esa avenida estará tu sepulcro
Y te rendiremos ceremonias
Sencillas como era tu entrega
Por una causa que se llama Venezuela.
Cada pensamiento por ti será un geranio,
Y las oraciones serán gardenias, rosas blancas y
Flores de Galipan.
Y te vengaremos
Dándole vida al prójimo
Aprendiendo a olvidar los horrores
Que no deben repetirse jamás
para que descanses en paz
regodeándote de ver desde allá
la Venezuela hermanada por la
ofrendaste ese largo camino
desde la Francisco de Miranda
al Amazonas.
Antono Ledezma, 7 de junio. 930pm