El canciller de México, Luis Videgaray, batalló para que su primera Asamblea General de la OEA no terminara mañana sin ningún acuerdo sobre la crisis política y social de Venezuela, el tema que definirá el éxito o fracaso del encuentro.
El grupo de 14 países liderado por México confiaba en aprobar ayer en la reunión de cancilleres previa una resolución que pedía reconsiderar la convocatoria de la Asamblea Constituyente en Venezuela, entre otras demandas.
Pero a la hora de la verdad se quedaron a tres votos de lograr los 23 necesarios, porque les fallaron algunos apoyos escurridizos de naciones caribeñas que se hallan en medio de los dos bloques enfrentados en la OEA por la crisis venezolana.
Videgaray no escondió su decepción, pero prometió “seguir con más fuerza” y llamó a “estar muy atentos” porque aún “pueden pasar muchas cosas” en la Asamblea respecto a la situación en Venezuela.
Él no precisó más, pero varias fuentes diplomáticas explicaron a Efe que ha habido reuniones de negociación tanto anoche como hoy para tratar de aprobar una resolución sobre Venezuela antes que termine mañana el encuentro regional.
Aunque para sacar adelante un texto en la Asamblea solo se necesitan 18 votos, este grupo de países quiere alcanzar al menos los 23 que eran necesarios en la reunión de cancilleres para que la decisión sea incontestable desde el punto de vista político.
El subsecretario de Estado de EE.UU., John Sullivan, dijo hoy que su país quiere que se vote en la Asamblea la propuesta que ayer no prosperó y puso el énfasis en el punto del texto que propone establecer un grupo de países para facilitar una salida a la crisis venezolana.
Defendió, además, que autorizar ese grupo es “lo mínimo” que la OEA puede hacer por el pueblo de Venezuela y que este es un momento decisivo para que la organización “pruebe su relevancia”.
La resolución solo autorizaría la creación del grupo, pero quedaría en el aire definir sus miembros y, además, la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, ya dejó claro hoy que rechaza esa iniciativa por “inútil e innecesaria”.
En las negociaciones aún no hay una propuesta final de resolución para la Asamblea, pero podría ser igual o similar a la que se votó ayer sin éxito.
Una posibilidad es que quede rebajada para lograr los apoyos de naciones para las que demandas como el cese de la Asamblea Nacional Constituyente o la liberación de los políticos presos son inasumibles.
Las peticiones que con toda seguridad estarían incluidas son la de que el Gobierno venezolano acepte que un grupo de países acompañe un nuevo proceso de diálogo con la oposición y la de que abra un canal humanitario para paliar la crisis.
Para lograr aprobar una resolución en la Asamblea que, como mínimo, contenga esos puntos, México y otras naciones como EE.UU. y Canadá tratan de convencer a al menos tres países para que se sumen a los 20 que ayer apoyaron su propuesta.
Algunos de las naciones a las que están intentando atraer son Trinidad y Tobago, Granada, El Salvador y Haití, explicaron a Efe fuentes diplomáticas.
El Caribe está dividido entre los países que son críticos con Venezuela -Bahamas, Guyana, Barbados, Jamaica, Belice y Santa Lucía, que apoyaron ese texto- y el resto -como San Vicente y las Granadinas y Dominica- que sigue fiel al chavismo, que les ha subvencionado petróleo durante años.
Así, cualquier decisión contundente de la OEA sobre Venezuela pasa por convencer a más países del Caribe de que la crisis política y social es demasiado grave como para mirar hacia otro lado.
Falta por ver a qué tendrá que renunciar el grupo que lidera México para lograr aprobar un texto sobre Venezuela en la Asamblea.
Para el director de América de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, la resolución que se adopte “debe constituir un ultimátum al Gobierno de Venezuela en cuanto a la fijación de un calendario electoral, la liberación incondicional de los presos políticos y la suspensión de procesos de justicia militar para civiles”, entre otras demandas.
La canciller de Venezuela denunció hoy una vez más que el proceso de convencimiento de los países del Caribe se basa en “extorsionar y presionar” y culpó a quien considera el verdadero “jefe” de la operación: Estados Unidos.
Pero EE.UU., como el resto de países del grupo de los 14, deja claro siempre que puede que el liderazgo de las iniciativas de la OEA sobre la crisis de Venezuela en los últimos meses es obra de México, una nación que ahora se juega con esto el éxito de su Asamblea.