Alonso Medina Roa, fundador y director del Foro Penal Venezolano, ha denunciado en España, por segunda semana consecutiva, los graves escenarios de violaciones de Derechos Humanos en Venezuela. Hace unos ocho días estuvo en una concentración de Venezolanos en la céntrica Plaza Callao de Madrid, y hoy ha vuelto, pero esta vez directo a La Moncloa y al Congreso de los Diputados.
Carlos Moreno/Especial para LaPatilla/Madrid
El argumento de Roa viene con números alarmantes. Desde el 1 de abril hasta el 17 de junio de este año se cuentan, en medio de las manifestaciones contra Maduro, unas 3 mil 252 detenciones, de las cuales 383 han sido procesadas, irregularmente, por el Ministerio Público Militar, es decir, juzgados por tribunales militares. Nada extraño en medio del quiebre del orden constitucional.
Y a ello se suman las muertes, que ha expuesto con detalle la delegación del Foro Penal a los representantes del Gobierno español cuando se cumplen más de 80 días de protestas masivas en capitales del país, plantones y concentraciones reprimidas con fiereza por la Guardia Nacional Bolivariana, la PNB y los colectivos hamponiles, que se han llevado la vida de más de 70 venezolanos.
Medina Roa junto con Isabel Cristina Álvarez, coordinadora del Foro Penal Europa, entregaron informes a Bernardo del Sicart, director del Departamento de Asuntos Internacionales de La Moncloa, uno de los voceros oficiales del Gobierno de Mariano Rajoy, a quien han confiado un mensaje claro para el gabinete: “España juega un papel protagónico en la resolución del conflicto venezolano. Ahora el tema venezolano pasó a ser del mundo”.
El fundador del Foro Penal ha concedido una entrevista sobre el escenario venezolano en su paso por Madrid. Engloba con una frase el descalabro del Estado. “En Venezuela impera la anarquía institucional”
¿Cuál es el estatus hoy de las detenciones por las protestas en Venezuela?
Tenemos un número importante actualizado. Es importante entender que, desde el 1 de abril, hasta el 17 de junio, en Venezuela han ocurrido 3 mil 252 detenciones en las manifestaciones de oposición. De esas detenciones 388 han sido procesadas por tribunales militares, una aberración. Unos 220 se le ha dictado medidas privativa de libertad, y a unas mil 238 personas, pese a que no se las ha dictado medida privativa de libertad, aún permanecen detenidas por no haber cumplido con fianzas o cualquier otra exigencia que haya impuesto el tribunal. Esto es un país donde supuestamente hay democracia. Esto es sencillamente muestra de la turbulencia social y la política de represión sistemática del Estado.
¿Dónde está recluida la mayoría?
Hay importante número de detenidos en el Sebin, pero en esta oportunidad, cosa que no habíamos visto anteriormente, muchos han sido trasladados a cárceles comunes como Tocorón, 26 de julio, Fenix.
¿Y los presos políticos?
Ramo Verde. Destaco que cuando Maduro llegó a la Presidencia había solo 17 presos políticos. Hoy hay 250 presos políticos adicionales.
Usted dijo que se institucionalizó la tortura… ¿Qué la promueve?
La complicidad de los actores de Gobierno. El Foro Penal Venezolano tiene registros detallados de torturados venezolanos que han declarado ante tribunales, han dado testimonio de lo sufrido, pero nada sucede. La Ley contra la Tortura otorga un rol importante a la Defensoría del Pueblo en este sentido, pero esta poco ha hecho, ha empleado un silencio cómplice. No tenemos ni un 10 por ciento de efectividad penal en los casos de torturas.
La Fiscal ahora enfila contra la Constituyente, pero ¿y los presos, los muertos y los heridos? ¿cómo define usted su silencio al respecto?
Creo que los pronunciamientos del Ministerio Público, aunque aplaudimos los que ha adelantado en contra de la Constituyente, aún son insuficientes. Exigimos mayor efectividad jurídica a los fines de restablecer el orden constitucional y a los fines de disminuir la impunidad.
¿Pero cree que después de haber dejado correr tantas violaciones de Derechos Humanos, pueda retroceder y reabrir esos casos?
Cualquier camino es bienvenido en el momento que sea. Yo creo que Venezuela atraviesa un momento en el que requiere de mucha unidad y concertación. Es un momento de tender puentes.
¿Usted cree que los militares reaccionarán o continuarán con la represión?
Hay varios escenarios con el tema militar. El primero como factores de represión enmarcados en el Plan Zamora, una conducta de criminalidad que podría continuar mientras sigan las instrucciones de represión. Un segundo escenario es militar, pero basado en un enfoque político, es decir, definir cuál será el rol de los militares en la situación actual. Yo creo que los militares pueden jugar un papel muy importante como operador político para la resolución de la crisis, solo con ponerse del lado de la Constitución. Estamos próximos al 5 de julio, la fecha de referencia para las Fuerzas Armadas y los ascensos. Ese día muchos quedan contentos, otros no tanto.
Usted denunció la detención de más de 60 militares por supuestos complots… ¿es eso una señal de negociación?
Yo lo interpreto como signos de malestar dentro de las FAN.
¿Señal de que hay vientos de sublevación?
Hay rumores de acciones desde el ala miliar. Pero yo considero que estamos en un momento donde no debemos esperar de las FAN una acción de tipo insurreccional, sino simplemente un juego de carácter político.
Se dice que la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada no atacarán a las manifestaciones de oposición. ¿qué opina?
Debemos entender que las FAN son parte del Gobierno nacional. La represión ha estado en manos de la GNB y la PNB por el diseño propio del Plan Zamora y de la operatividad de las mismas Fuarzas Armadas. El rol que podrían jugar los demás componentes sería una fase distinta del Plan Zamora, que en su primera etapa solo activa la inteligencia comunal, la acción de la Policía Nacional Bolivariana y la contención ante desequilibrios del orden público liderada por la GNB. Entrar a una nueva fase con los otros componentes en el conflicto actual sería una decisión del Gobierno de profundizar el Plan Zamora, lo que sería un peligro enorme con consecuencias graves. Dios quiera que eso no ocurra.
