Delcy Rodríguez protagoniza la primera jornada de la Asamblea de la OEA al replicar todas las críticas a su país, reseña El País
Por JACOBO GARCÍA/ JAVIER LAFUENTE -Cancún
Solo en el amor y en el duelo es posible una ausencia tan presente. Irse y estar, abandonar y protagonizar, marcharse y hablar más que todos los cancilleres juntos. Unas horas después de que la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, anunciara que nunca más regresaría para sentarse en la Organización de Estados Americanos (OEA) reapareció para contestar una a una cada alusión de los jefes de delegación durante la primera sesión de la 47ª Asamblea de la OEA.
Durante seis horas, todo aquel país que pidió a Venezuela un calendario electoral, la separación de poderes y “reconsiderar” la Asamblea Constituyente, recibió la réplica de Delcy Rodríguez, la abogada chavista de 48 años, que se erigió en la figura mediática de la reunión de Cancún.
Rodríguez habló más que todos los representantes juntos y dejó varios dardos que quedaron sobrevolando en la enmoquetada sala llena de banderas: al canciller de Costa Rica le llamó “analfabeto político”, al de Perú “perrito simpático” y a México le recordó el asesinato de periodistas o la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Sobre la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodríguez dijo que maneja una agenda oculta que encabeza “de forma perversa Luis Almagro“, secretario general, a quien la canciller venezolana atribuye gran parte de las críticas y acusa de “promover la violencia en el país”. Además, la jefa de la diplomacia venezolana insistió en que en su país “no hay crisis humanitaria, es mentira, pero es el comodín para la intervención”. “Están llamando a la guerra en el país”, aseveró.
Cuando se dirigió al representante de Estados Unidos, John Sullivan, dijo que era “el jefe” del imperio y le recordó que “con su marines es la única forma de imponerse en Venezuela, donde recibirá la pertinente respuesta”. “Ustedes han lanzado la madre de todas las bombas y nosotros estamos haciendo la madre de la democracia”, le espetó.
Rodríguez no dejó escapar una ocasión para criticar a su contraparte, obviando la realidad de su país. De Brasil dijo que no tenía un gobierno democrático; a la representante de Honduras le hizo un repaso sobre sus índices de pobreza o feminicidios… Los únicos a los que no respondió fueron a los cinco países que votaron en contra de la resolución y los ocho que se abstuvieron.
En la ausencia más presente, la canciller venezolana, hija de un líder marxista asesinado por la policía y uno de los miembros del Gobierno de Maduro con más poder, junto a su hermano Jorge, insistió en que “no está en la OEA”, pero presentó 10 propuestas que van desde pedir la erradicación de bases estadounidenses en América Latina, la resolución del caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa o la construcción del muro entre México o Estados Unidos.
“Venezuela se fue con la gloria del Libertador. Nunca más volveremos a esta organización”, dijo antes de abandonar la sala por segunda vez en menos de 12 horas y de que el embajador de Venezuela ante la OEA, Samuel Moncada, tomara la palabra y ella comenzara una rueda de prensa en la que recordó: “Yo seguiré aquí”.