El hambre de justicia reunió a más de 100 estudiantes en la antigua avenida Fuerzas Armadas, ayer desde las 9:00 de la mañana, para observar como el Fiscal Cuarto del Ministerio Público, Israel Vargas, junto a la jueza suplente del Tribunal Sexto de Control Rosa María Fernández, reconstruían los hechos donde Omar Barrios, de 22 años, y su novia Liz Mary Hernández, de 20, le segaron la vida a Paúl René Moreno Camacho, de 24, el jueves 18 de mayo.
Marlene Camacho, llegó al lugar con valentía y ansias de ver de frente al homicida de su hijo. Estaba temblorosa, algo nerviosa, pero fuerte junto a sus familiares.
La cita era a las 9:00 de la mañana y no fue hasta la 1:30 de la tarde, que las autoridades hicieron acto de presencia. Al parecer, la Hilux blanca doble cabina, placas A90AU1L, con la que atropellaron al estudiante del quinto año de Medicina estaba sin batería y por ello su demora.
En la Hilux trajeron a Omar y a su novia, con dos camionetas del Eje de Homicidio-Zulia, donde se trasladaron los jefes Walter Hernández y Kelvin López, quienes estuvieron presentes en las cuatro horas que duró la reconstrucción junto a cinco detectives que bloquearon el paso de vehículos, con apoyo de Polimaracaibo.
Todos los presentes estaban a la expectativa. A las 2:00 de la tarde bajaron a “Omarcito” de la camioneta vestido con una camisa manga corta blanca, pulcra, jeans azul y mocasines marrones. Su novia lucía casual, con lentes oscuros y una risa cínica hacia quienes la observaban.
Ambos acusados tenían a un lado a sus abogados. Germán Moreno, padre de Paúl siempre estuvo atento junto a su abogada Marianela Canga.
Juramento
Israel Vargas reunió a los cinco estudiantes y testigos del hecho. Les explicó que les quitarían sus celulares y los subirían en una camioneta para que no se comunicaran mientras cada uno daba su versión del suceso. Todo el equipo, en medio de la carretera, juró decir la verdad en todo momento. Escarlet Figueroa, estudiante de Medicina fue la primera en declarar.
La joven simuló estar sentada del lado derecho de Paúl, mientras que del lado izquierdo estaba otra joven que le dicen “La Guerrillera”. De frente al trío, estaba Manuel, de cuclillas.
Explica que la camioneta se detiene en la barricada del semáforo de Enne y sin importarle sigue tragándose la flecha sentido hacia Milagro Norte.
A toda velocidad, se dirige hacia donde estaban los amigos. Manuel, al verla, se levanta, agarra una botella y se la lanza para que se detenga.
Luego se para Escarlet, “La Guerrillera” y Paúl queda de frente, lo impacta, se salta la isla y sigue, dejando el cuerpo del socorrista de la Cruz Verde tirado sobre el pavimento, boca abajo, con su pierna derecha doblada sobre la izquierda, su brazo derecho sobre su espalda y el brazo izquierdo bajo su rostro.
Escarlet corre y toma la cabeza de Paúl, quien tenía su pulso desvanecido. Cada testigo dio su versión. Verónica fue la segunda, le siguió Andrea, Alfredo y Manuel. Todos coincidieron y a simple vista quedó claro que “Omarcito” actuó con alevosía.
A las 5:00 de la tarde culminó la reconstrucción y fue allí que los dolientes se descargaron gritándole a los acusados: “asesinos, sucios, drogadicto, malditos… una y otra vez”.
“Ya somos querellantes, somos víctimas y parte de la investigación”, dijo uno de los juristas que apoyaban a los Moreno Camacho.
Tanto Omar como su novia no dieron su versión de los hechos, porque presuntamente no estaban preparados.
Por Luisana González
Fotos: Javier Plaza