Repetí el video unas cuatro veces. El coronel Lugo, dicen que así se llama, sudaba miedo. Se sabía inferior ante el aplomo del abogado Julio Borges, diputado electo por el Estado Miranda y Presidente de la Asamblea Nacional.
Esperó, en esa especie de oficina, hoy guarida, que tiene la Guardia Nacional en las instalaciones de la Asamblea Nacional, a Borges con un oficial grabando el encuentro, que luego él mismo divulgaría.
Gesticulaba, gritaba, subía un brazo de arriba a abajo… “yo soy el comandante de una unidad militar” vociferaba. Sin argumentos, le dijo a Borges “le agradezco que se retire” y agregó “Yo manejo mi (inteligible) como me da la gana”
Y luego el empujón por la espalda.
Sabíamos que ese gorila verde es además lacra, mala conducta, vulgar y grosero. Tiene muchos antecedentes de violencia, robo de celulares, arrebata pancartas, agrede a mujeres periodistas, tiene acusaciones de haber participado en secuestros. Todo un prontuario tiene en su pasado.
Aún así no me cuadraba. ¿Que llevaba a semejante malandro a grabar, es decir, a tener un testimonio de su cobarde bravocunería?
Ah… ¡las cajas! ahí está la respuesta
Antes, había ordenado a su grupete que golpearan a diputados, mujeres entre ellos, que con razón reclamaban ver el contenido de unas cajas que la propia GNB había ingresado a las instalaciones de la AN. Eran unas cajas grandes, semejantes a los contenedores de las máquinas electorales, e identificadas con las siglas CNE.
En la periferia, la mafia en el poder, asediada por el pueblo hastiado y hambriento, se ha dedicado a fabricar conspiraciones para sacar de circulación a quienes consideran “peligrosos”. A un militar lo vinculan mediante un panfleto falso a la CIA. A un ingeniero electoral de la MUD lo apresan y lo acusan de traición a la Patria en un tribunal militar. A dos dirigentes de VP de Carabobo de ataque a centinela.
Incluso, Nicolás Maduro, acusó este domingo 25 al jefe del Parlamento, Julio Borges, y a otros líderes opositores de urdir un plan para dar un golpe de Estado y desencadenar una intervención militar de Estados Unidos. “La fascista criminal María Corina Machado, el perverso tuétano del fascismo venezolano Freddy Guevara, el presidente de la junta de transición, Julio Borges, y el traidor apodado El Cuadrante” están involucrados, aseveró Maduro en su programa semanal de televisión. Ahí mismo afirmó que el supuesto complot fue “desmantelado” preparando así el camino para más montajes.
El terror del vulgar gorila de la Asamblea Nacional se desató porque fue descubierto. Quería dejar testimonio a la mafia en el poder, que no abriría por nada del mundo esas cajas. Que obviamente no contenían máquinas, pero podríamos especular que si armas o explosivos, tan de gusto a los sembradores de evidencias falsas.
La torpeza del gorila desmanteló una jugada de la mafia en el poder. Y el gorila teme las represalias.
Pero su miedoso y cobarde empujón también le envió un poderoso mensaje al pueblo venezolano: Si la cosa es así hoy, imagínense como será con la constituyente cubana.
David Morán Bohórquez
Venezolano, con partida -auténtica- de nacimiento