La brutalidad como cobardía armada mostrada por un Coronel de la Guardia Nacional, que se entiende chavista socialista pero que además privilegia su imaginario político-militar real anclado en el hiato fuerza-violencia, es el más claro resultado del momento político militar revolucionario impuesto por Chávez con la preeminencia de una relación de dominio-sumisión del cuerpo armado ante el poder político. Ese hombre armado no obedece a la Constitución como súper ley, pero sí al Jefe del Poder Ejecutivo. Ese bestiario Coronel de la Guardia Nacional muestra su oprobiosa, cobarde, desafiante e inmoral conducta contra el Presidente de la Asamblea Nacional para dejar constancia que, el cuerpo armado hoy está al servicio de un régimen y de una ideología marxistoide en pleno siglo XXI.
La bestia con la brutalidad de un cobarde cayapero refleja la insolvencia profesional, pero además, un alto riesgo y peligro que crean aquellos que empleando las armas, recurso logístico y personal de la República, no cumplen con lo impuesto por la ética profesional para la defensa del Estado-Nación. La sociedad venezolana y el mundo están en cuenta de la cobardía ruin de este representante de la Guarida Nacional, que al siguiente día fue exhibido en público, ovacionado en un programa televisivo y condecorado por Nicolás Maduro. Desde ya el liderazgo político emergente y la sociedad toda tienen que construir respuestas específicas que contengan esta brutalidad.
La brutalidad como signo de este militar impone al liderazgo y, en especial al cuerpo de Diputados, a que se edifique una respuesta política. Respuesta política con motivo, dirección y sentido que detenga y marque un hito en esta crisis, declarando el valor protagónico y el respeto a la Constitución, marco civilizado y guía de la civilidad. El liderazgo político emergente haciendo uso del ambiente político real tiene que reaccionar frente al bestiario de la Guardia Nacional como cuerpo uniformado. Lacras cobardes, trepadores insulsos en busca de medidas laudatorias del régimen que se atreven a pisotear la Constitución y ofenden a las instituciones.
La brutalidad de los maulas tiene que originar el rechazo de la mayoría de los venezolanos, por cuanto pretenden la brutalidad como signo primitivo y peligroso en una maniobra pública hartera, irresponsable y degradante. La bestia busca inequívocamente impresionar a la masa, a los otros de su espacio para que otros oficiales bestiarios en su ambiente dominio-sumisión, que les impone el chavismo a juro, saquen a flote su cobardía grupal que es vergüenza del gentilicio democrático, que en un 85% se aparta de este régimen grotesco.
La brutalidad exhibida y su invitación a la masa de bestiarios a lo interno del cuerpo armado que funciona según el imaginario político real, por torpes no han logrado descifrar la fuerza política de la oposición democrática, de sus líderes políticos que, en conocimiento del militarismo autocrático perverso y cobarde, se preparan mediante la resistencia civil a imponer una Transición Política. Transición política que entre su mayor prioridad será proceder a la Reconceptualización del cuerpo armado para reinstalar un Estamento Militar en Venezuela.
El nuevo estamento militar de Venezuela será fiel a la Constitución y nunca al poder político. Será una organización que derrotará la brutalidad y el bestiario que hoy está ejemplificado por ese Coronel avieso de la Guardia Nacional. No habrá espacio para la masa de bestiarios, no habrá relación de dominio-sumisión, sino unas relaciones civil-militares y una pauta de relación contraria a lo que obliga el socialismo a juro, que es igual a la cobardía, delación, miedo… Todas Causas Ocasionales para la corrupción y, sobre todo, para que las torpezas de este disfraz de Coronel cobarde y mafioso al servicio del régimen proscrito de Nicolás Maduro.
¡Bestiarios practicantes de la brutalidad! Ustedes muestran la cobardía y la sin razón. No tienen noción de la historia y sus acciones avergüenzan al venezolano democrático. Ustedes son la expresión más dolorosa de un país atracado por golpistas, mafiosos y ladrones que por incapaces patean la Constitución y obedecen a un pandillero que circunstancialmente ejerce el Poder Ejecutivo. Bestiarios, la República no los fusilará, No, los enjuiciará legalmente, aunque ya han sido enjuiciados por el cuerpo social: Como vendepatrias, cobardes y vergüenza de una organización armada al servicio del socialismo a juro en el siglo XXI.
Es original,
Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 4 de julio de 2017