En la tarde del viernes, ya casi de noche, fue convocado, con premura, el TSJ. De inmediato se corrió la voz de la convocatoria. ¿Qué estarán tramando?¿Contra quien irán ahora? Un viernes y esa hora, era para pensar lo peor. En Venezuela, desde un tiempo para acá, cada vez que se reúne el máximo tribunal de justicia hay razones para temer. Más tarde se sabría que le otorgarían casa por cárcel a Leopoldo López, un hecho sin dudas impactante. Las redes sociales comenzaron a moverse, en una y en otra dirección. Todo tipo de especulación se hizo, incluso que Leopoldo Lopez había negociado su salida. El hecho fue que el principal preso político del régimen, ese que Diosdado Cabello tildó de monstruo de Ramo Verde fue visitado en su celda, donde permanecía aislado del mundo, a eso de las tres de la madrugada del sábado para informarle que se iría a su casa.
Diversas interpretaciones pueden dársele al hecho, de las cuales dos estimo más probables.
La primera es la pesimista, el régimen da un paso atrás para luego dar dos adelante. Intenta legitimar al TSJ con esta medida, a la vez que desmontar el discurso radical de la oposición, generando todo tipo de especulaciones entre sus seguidores y creando el germen del descontento y la división. Ello podría desalentar la protesta popular y la convocatoria a la consulta convocada por la MUD y la sociedad civil para el próximo domingo 16 de julio, y lo mas importante, preparar al país para decisiones más drásticas y así elevar el control sobre la situación, destituyendo a la Fiscal General de la República. El argumento sería sólido, si el TSJ fue bueno para liberar a Leopoldo López, pues también lo es para destituir a la Fiscal, para quien ya tienen sustituto, en Isaías Rodríguez, que está en el país prevenido.
La segunda es la optimista, es que el régimen después del grave error cometido el miércoles, donde sus grupos armados atacaron la sede de la Asamblea Nacional y agredieron a los diputados e incluso los mantuvieron en cautiverio, ocasionando la mayor repulsa internacional. Por ello se vieron obligados a recurrir a una medida extrema para cambiar un tanto la pésima opinión que a nivel internacional se ha construido, profundizando el ya mayúsculo rechazo en su contra.
La decisión se cree fue tomada por el ala civil del grupo en el poder -Maduro, Jaua, Jorge Rodríguez y Tarek- y dejó por fuera a Diosdado, quien al parecer se molestó al enterarse por las redes sociales.
Admiten el asalto a la AN como un error, y se lo atribuyen a Diosdado Cabello y su discurso radical, que le da alas a las acciones fuera de control de las brigadas violentas oficialistas, e intentan desvincularse del radicalismo abriendo una posibilidad para la negociación. Nada fácil por la poca credibilidad del régimen y por lo lejos que se ha ido en este camino sin retorno que parece haber iniciado Maduro y su grupo. Después de alimentar tanto el discurso radical, se hace muy cuesta arriba desmontarlo. Supone, entre otras cosas, desconvocar la ANC, volver a la constitución vigente, soltar a los presos políticos y anunciar un cronograma electoral. Suena muy optimista pero nada descabellado.
Hoy lunes veremos en cuál escenario estamos. Si destituyen a la Fiscal, el régimen anunciaría que sigue en su agenda radical, y la decisión fue solo un zigzagueo táctico. Si, por el contrario, procede a soltar otros presos y detenidos políticos estaría abriendo una tenue posibilidad a negociar una salida a la crisis. En ese caso la oposición tendría la palabra.
Por lo pronto los factores internacionales siguen expectantes. Almagro atento a la convocatoria, una vez más, del Consejo Permanente de la OEA, y países como Canadá ofreciendo salidas diplomáticas a la cúpula en el poder a cambio de una transición menos traumática.
Diosdado Cabello lleva cuatro días silente en sus redes sociales. Por ahora, su discurso estridente y radical ha sufrido un revés. Está por verse de qué magnitud.
César Morillo H.
@cesarmorillo7