Esta es una verdad que ahora el régimen madurista desconoce e irrespeta.
Pero cuando tenían a las mayorías de su lado, entonces se enjuagaban la boca a diario hablando de “la soberanía popular y de democracia participativa y protagónica”. Utilitaristas e hipócritas, como siempre han sido, machacaban una y otra vez que “el pueblo era el soberano” y que “dentro de la Constitución, todo; fuera de la Constitución, nada”.
Eran otros tiempos. Hoy, aquellos gargarismos verbales pasaron al olvido. Ahora les provocan náuseas y vómitos. Ahora no quieren recordarlos, ni que les hablen de ellos. Ahora no creen en aquella “soberanía popular”. Ahora no creen en “la democracia participativa y protagónica”. Ahora “la mejor Constitución del mundo”, como la calificaba su extinto jefe, les estorba. Por eso quieren cambiarla por otra que les permita continuar en el poder. Eso es lo único que les interesa.
Precisamente por ese concepto utilitario de la democracia, -porque ahora no les conviene- impidieron el referendo revocatorio el año pasado, recurriendo a una maniobra de las peores por parte de un oscuro juez del interior. Después cancelaron las elecciones de gobernadores, previstas constitucionalmente para diciembre del año pasado. Por si fuera poco, en tales ocasiones, las rectoras del CNE también alegaron “falta de recursos” para costear ambos procesos.
Sin embargo, esos recursos financieros aparecieron súbitamente cuando de manera servil y acelerada cumplieron la orden del régimen de organizar la Constituyente fraudulenta que pretenden realizar. Entonces sí hubo dinero y con una rapidez insólita se saltaron lapsos legales y violaron la Constitución, al aceptar el esperpento constituyente tramposo de Maduro y su claque.
Pero no sólo eso: para complacer al régimen y su Constituyente fullera, las fulanas rectoras del CNE pretenden acabar con el sufragio universal, directo y secreto que como derecho constitucional venimos ejerciendo los venezolanos desde 1947. Ahora estas rectoras del CNE hacen suyo el voto corporativo fascista creado por el dictador Mussolini en el siglo pasado. Nada más y nada menos.
Incluso han ido más allá en su desfachatez y sinvergonzonería: han hecho suyo también el fraude madurista, según el cual los municipios menos poblados del país tendrían más diputados constituyentistas que los municipios más poblados. O sea, la minoría se impondría a la mayoría, lo cual resulta contrario al concepto de democracia.
Como puede observar el amigo lector, el régimen ahora invierte fraudulentamente su concepto de “democracia participativa y protagónica”, al pretender meter de contrabando el voto corporativo fascista, que no representa al voto directo, universal y secreto, así como unos diputados constituyentistas elegidos por una minoría que, al final, serían más que aquellos elegidos por la mayoría (¡!).
Sin embargo, esas mismas rectoras cínicas del CNE ahora salen a descalificar la consulta popular que realizará la Asamblea Nacional el próximo domingo 16 de julio, en cumplimiento de expresas facultades que le atribuye la Constitución en sus artículos 5, 62, 70, 187 y 333.
El artículo 5 señala que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”, y los artículos 62 y 70 reconocen el derecho de la ciudadanía a participar democráticamente por cualquier medio que no esté expresamente prohibido, y enumeran, en este sentido, algunos de ellos, lo cual quiere decir que no sólo el referendo o el plebiscito son los únicos instrumentos de consulta al pueblo.
Justamente el Artículo 70 establece entre ellos, y de manera expresa, “la consulta popular” que con todo derecho está organizando la Asamblea Nacional. Y como tal, esa consulta popular no tiene porqué hacerla el CNE, pues no es un referendo ni tampoco un plebiscito, sino una consulta a los venezolanos establecida, repito, por el Artículo 70. Todo lo cual significa, ni más ni menos, que la Asamblea Nacional está en su pleno derecho de organizarla, sin que sea necesaria la participación del CNE, pues en tal caso se estaría violando la autonomía del parlamento, como lo han advertido algunos constitucionalistas.
La consulta popular convocada por la Asamblea Nacional para el 16 de julio próximo posee rango constitucional y tiene, además, carácter vinculante para los demás Poderes Públicos, pues será un ejercicio de la soberanía popular. Por supuesto que el régimen la desconocerá, lo cual no tiene nada de extraño, pues ellos desde hace tiempo vienen desconociendo nada menos que la Constitución Nacional.
Este 16 de julio la soberanía popular se manifestará alegre y entusiasta en las calles de Venezuela para desconocer la Constituyente tramposa de Maduro y su cúpula podrida.
@gehardcartay
El Blog de Gehard Cartay Ramírez