Veintidós criminales continúan en las calles sigilosamente para escabullirse de las autoridades. Al mismo tiempo 22 familias están sedientas de justicia por muertes que siguen impunes. Así lo reseña panorama.com.ve
Por Karelis González
En lo que va de año el Zulia se ha convertido en un escenario sangriento para la muerte de 28 mujeres. Unas ejecutadas por sus parejas, otras por delincuentes.
El último crimen registrado en el Zulia tuvo lugar en el municipio Baralt, el pasado 8 de julio. Se trata de María Rubí Pantoja, de 54 años, quien fue asesinada por pistoleros, cuando se trasladaba en su vehículo por el sector El Tigre. La policía analizó el móvil del caso y determinó que se trata de una venganza.
Así como Pantoja, Erislandia Miranda, de 32 años, también fue asesinada ese mismo día. En este caso fue su marido quien ejecutó el asesinato, en el municipio Colón.
La policía científica tiene tras las rejas a los responsables de seis femicidios perpetrados en la entidad. Cinco de ellos bajo el móvil pasional y el restante por venganza, según develaron las autoridades policiales.
Se trata de los asesinos de Arianny Mercedes Zambrano López, Olga Lucía Sánchez Pineda, María Carolina Murillo Bautista, Narbelin Ester Narvárez Franco, Marbelis Elena Blanco Cabrera y Erislandia del Valle Miranda Bracho.
Zambrano López murió a causa de un disparo que le propinó su esposo, Alender de Jesús Añez Medina, quien fue detenido por la GNB.
Otro caso que causó revuelo en Maracaibo, fue el de Olga Sánchez. Su marido, Luis Gutiérrez, lloró su muerte y simuló dolor. Días después la policía lo delató. Fue Él, quien planificó el asesinato de la mujer y cayó preso.
A María Carolina Murillo la asesinó Edwin Barrios a la salida de una tasca, luego de una discusión. Está preso.
Jhovany Soto degolló a Narbelin Narvárez y fue detenido. Al igual que Luis Batista y Yohandry Barrios, por matar a sus esposas, Marbelis Blanco y Erislandia Miranda, respectivamente.
Los otros casos siguen bajo la lupa de los sabuesos en criminalística del Cicpc. Aseguran que el móvil que predomina es el de la venganza y le sigue el pasional. También se suman los móviles de ajuste de cuentas y el accidental.
El femicidio de Carolina Contreras está al margen de los anteriores. En este caso su esposo, Édison Barreto, le quitó la vida y minutos después se suicidó.
En algunos de estos casos los investigadores policiales revelaron que las víctimas en algún momentos estuvieron ligadas sentimentalmente a hombres pertenecientes a bandas delictivas, lo que se traduce en su mayoría a las muertes por venganza.
Otro caso reciente que causó conmoción fue el de Maira Lugo Olivares, ocurrido el pasado 27 de junio y perpetrado por la expareja de su marido, Giorgia Sikiú Castillo. La policía la rastrea por toda la entidad zuliana sin obtener rastros ni pistas de su paradero.
Cada una de estas muertes fueron ejecutadas bajo distintas circunstancias, sin embargo, tienen el mismo denominador común: la sed de justicia por parte de sus dolientes. Eran madres, estudiantes, profesionales o amas de casa, a quienes le arrebataron la vida en medio de violentas escenas sangrientas. El castigo para los 22 femicidas que siguen libres, es el único aliento para los familiares que buscan un enjuiciamiento para ellos ante la ley.