Diosdado Cabello, considerado número dos del chavismo, dijo hoy que Venezuela enfrenta una “amenaza cierta” de sanciones de parte de los Estados Unidos, al tiempo que lamentó que el presidente de ese país, Donald Trump, pierda “la oportunidad” de entender el proceso político que ocurre en la nación caribeña.
EFE
“Estamos al borde de una amenaza cierta del imperialismo norteamericano, nos amenazan con sanciones ¿Qué más sanciones, señor presidente Trump, si ustedes bloquearon toda posibilidad de financiación a la revolución?”, dijo el chavista en medio de un acto con simpatizantes en el estado de Bolívar, en el sur de Venezuela.
En tal sentido, Cabello señaló que el Gobierno de Estados Unidos no permite el ingreso de alimentos a Venezuela, un país que sufre un severo desabastecimiento de medicinas y bienes básicos.
Cabello se refirió con sus dichos al anuncio hecho hace un par de días por altos funcionarios del gobierno estadounidense, quienes adelantaron que la administración Trump está trabajando sobre la imposición de sanciones económicas “robustas” contra Venezuela, sin especificar el alcance de las mismas.
“A nosotros no nos importa lo que nos hagan en lo personal, a nosotros nos importa lo que le hagan al pueblo de Venezuela”, añadió ante la posibilidad de que las sanciones vayan dirigidas directamente a políticos chavistas.
El lunes el propio Trump dijo en un comunicado que Washington “no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona”, y que si el Gobierno de su homólogo, Nicolás Maduro, “impone” la Asamblea Nacional Constituyente su país “tomará fuertes y prontas acciones económicas”.
Cabello dijo además que Trump está “asesorado” en la política que sigue con Venezuela por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien prefiere “a los que asesinan gente”, en referencia a los manifestantes opositores que se mantienen desde hace más de cien días en las calles contra el Gobierno de Maduro.
Venezuela ya rechazó las declaraciones de Trump y adelantó que inició una “revisión profunda” de sus relaciones con Estados Unidos, con el que le unen lazos económicos cimentados en la compra y venta de petróleo, pese a que las relaciones diplomáticas entre ambas naciones están en punto muerto desde hace casi una década.
La nueva tensión diplomática surge además en medio de una ola de manifestaciones que ha generado un clima de crispación social y política que se salda con al menos 98 fallecidos.