Es una semana histórica y crucial en Venezuela. Para el momento de escribir el artículo, el régimen de Nicolás Maduro seguía adelante, contra viento y marea con la Constituyente, en vez de negociar una salida pacífica al conflicto que ya alcanza 116 días en la calle, más de 90 muertos, un paro cívico, dos más en puerta, etc.
¿Cómo llegamos aquí?, repasemos rápidamente el origen del conflicto. Todo comenzó con un falso Mesías que llegó al poder con una popularidad avasallante, con el apoyo de la clase media y de algunos sectores económicos.
Ese falso Mesías mintió, y aún así ganaba elecciones. Veinte triunfos y dos derrotas “pírricas” como les decía, pero al fin y al cabo derrotas y también cuentan.
El falso Mesías logró equiparse y asesorarse bien en materia de inteligencia, dos hombres lo acompañaron en su transitar, le informaban con detalles cómo sus más cercanos “compañeros de revolución” se enriquecían rápida y vertiginosamente con negocios fraudulentos.
Hoy esos dos hombres no están del lado de la barbarie y vienen alertando de una guerra civil, pero los discípulos del falso Mesías siguen sin escuchar.
El falso Mesías hablaba todos días, vendía esperanza y endeudaba al país, nos inventó una guerra asimétrica, nos inventó el imperialismo yanqui, nos estafó con el cambio, con hacer justicia, pero sobre todo sembró discordia en el pueblo; y cuando le tocó partir dejó a la cabeza a unos discípulos enfermos de odio, resentimiento, división y ambición de poder.
Al final del ocaso el falso Mesías optó por el menos malo, el recomendado del barbudo, al que prepararon con una petrochequera, un avión y el cargo de canciller; como dice un amigo “algo debió tener”; sin embargo, carece de uno de los ingredientes vitales para cualquier guerrero: la sensatez.
Las decisiones las toman entre siete, pero últimamente escuchan mucho a un octavo con voz de mando que es quien los mantiene en el poder, sin él, el juego se les tranca; más que la voz del padrino son las armas con las que cuenta las que le dan poder y autoridad.
En nombre del falso Mesías van con la Constituyente a “pasos de vencedores”, pero sepan, que accionado ese fraude del domingo 30 de julio, la calle no se va desactivar, la paz no va regresar a sus casas y el camino que les tocará recorrer estará minado por las tempestades que sembraron durante todos estos años.
Se pierde una batalla, pero no la guerra, la MUD y los líderes políticos han estado a la altura y al frente de la lucha, a partir del 31 de julio tendrán el reto de encaminar a la oposición al siguiente combate que serán las elecciones regionales, eso sí, sin dejar la protesta, pues según el reciente estudio de opinión de la Ucab el 93.1 % está dispuesto a mantenerse en la calle, o sea, a 9 de cada 10 venezolanos no los frena nada, ni nadie.
“El que tenga oídos que oiga”, tal cual como termina la lectura del santo evangelio según San Mateo (Mt 13,24-43). A los discípulos del mal les queda menos tiempo, pero aún conservan un 20% de seguidores que se mantienen refugiados en el mensaje del falso mesías.
Por el bien de los venezolanos y el futuro del país, espero equivocarme y ser sorprendido con la noticia de que la Constituyente no va. Como dicen los médicos, mientras haya vida, hay esperanza.
Edward Rodríguez