Caracas se presta para la cumbre de lo mágico, Caracas sin temor a equivocarme, como oriundo de esta capital, es el albergue de un sin fin de posibilidades, es el motor que con agitado movimiento incita al ciudadano común a trabajar con incansable esmero, la rapidez de una ciudad cosmopolita como Caracas, cuna del padre de la patria, del Libertador, Simón Bolívar, nos lleva a ser mejores cada día, por mucho que nos cueste levantarse en cada amanecer de una ciudad, abandonada y de asombrosa historia.
Caracas simplemente me maravilla, su evolución, avances y cambios de los años según lo demanda la época, deslumbra en el marco de un hermoso cerro El Ávila, la Plaza Bolívar y la casa del héroe de la patria en pleno centro de la ciudad, las emblemáticas Torres de El Silencio, La Catedral, ¡La Pastora! lugar donde crecí y pase mi infancia, todo y más hacen de ella una Caracas sin igual. Hoy recordamos con tristeza la Caracas de hace unos años atrás, la que te permitía caminar entre sus calles de piedra con aires coloniales y esa misma que fue mutando en una ciudad agradable, hoy luce desdeñada por el abandonó y la desidia de sus gobernantes, que abusando de ella, han querido ensombrecer su belleza.
Hoy Santiago de León de Caracas, cumple 450 años, nuestra historia parte sus cimientos con el descubrimiento de los españoles, para que luego, tiempo después Caracas, recibiera su nombre por una tribu indígena, convirtiéndose tiempo más tarde, en la representación capital de un país, por ese clima perfecto, por sus montañas, por tanto. Justamente hoy, Santiago de León de Caracas, necesita como nunca antes de sus ciudadanos, necesita de un cúmulo de fuerzas para levantarla, para retomar la ciudad que fuimos tiempo atrás, comenzando por la renovación interior de cada uno de sus hijos, solo con un compromiso real y trabajo duro y del bueno, podremos materializar ese anhelo.
No se necesitan de fórmulas extraordinarias que le hagan justicia a la historia que precede nuestra hermosa e innegablemente maltratada ciudad, se necesita del apoyo de todos sus habitantes, que sembremos y trabajemos desde la consciencia, el valor de nuestra ciudad natal. Yo amo a Caracas con el alma, con mi vida entera, la amo con transparencia y por eso nunca dejaré de apostar a ella, a su grandeza. Que la nostalgia de la Caracas de ayer nos impulse con ahínco desmesurado a trabajar por ella hasta el cansancio, por eso hoy cobra fuerza un pensamiento que le dedicará, el escritor Gabriel García Márquez.
“La primera vez que la oí nombrar, fue en una frase de Simón Bolívar: La infeliz Caracas. Desde entonces pocas veces, la he vuelto a oír nombrada sin que vaya precedida de ese antiguo prestigio de infelicidad. Al parecer, su destino es igual al de muchos seres humanos de gran estirpe, que no pueden ser amados sino por quienes sean capaces de padecerlos”. Estas bombardeada Caracas, pero pronto te sacaremos de las sombras directo al umbral del progreso perenne.
@RichardBlancoOf