Lo que la dictadura en Venezuela llama asamblea nacional constituyente fue un mal parto. Un aborto dictatorial. Fue el corolario del secuestro de la soberanía popular al haber sido realizada sin la convocatoria soberana por medio de consulta popular. Fue el fraude electoral más grande, descarado e irracional de la historia de Venezuela. La Consulta Soberana del 16 de julio fue esencial en desenmascarar el fraude concretado dos semanas después, ya que obligó a la dictadura a anunciar un número de votos imaginario, falso, superior al obtenido en ella.
Días antes de la materialización del más grande crimen electoral, días antes del 30 de julio, el dictador Maduro entregaba réplicas de la espada de Bolívar a los nuevos sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Réplicas; es decir: simulacros, como el simulacro, por instalarse, de asamblea constituyente. Durante la entrega de réplicas el dictador Maduro pidió un deseo a vox populi: que lo incluyeran en la lista de sancionados. Pues deseo cumplido. Ahora está en la lista junto a otros dictadores en ejercicio como Mugabe, Kim Yong Un y Bashir Al Assad.
El reconocimiento como dictador y el desconocimiento de la asamblea nacional constituyentes van de la mano. Se han hecho lo uno y lo mismo. Países y uniones de países así lo han visibilizado. ¡Suiza! El país más neutral de la comunidad de naciones civilizadas se pronunció en contra de la constituyente.
Apenas han pasado dos días desde la elección fraudulenta y ya EEUU, Paraguay, España, Canada, Brasil, Chile, Perú, México, Argentina, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Honduras, Reino Unido, Colombia, la Secretaria General de la OEA y el Parlamento Europeo (que reúne a casi 30 países) ya han desconocido a la constituyente.
El secuestro de nuestros dirigentes Leopoldo López y el Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma durante la madrugada de hoy, debe producir el que otros países se sumen en los días por venir.
Los venezolanos hemos de mantenernos firmes en resistencia activa. La comunidad internacional está del lado de los demócratas.
¡Seguimos!
Mario Guillermo Massone