El “Pistolero” disparará sus últimas balas en la Vuelta a España. Con 34 años, el español Alberto Contador pondrá fin a su carrera, erigido en símbolo de una época del ciclismo por su genio en los pedales, aunque oscurecido por el dopaje, reseñó AFP.
Del 19 de agosto al 10 de septiembre será la última oportunidad de contemplar en el pelotón profesional al carismático escalador que colgará la bicicleta con triunfos en todas las grandes rondas, un palmarés excelente pero discutido.
“Hago este vídeo para informaros de dos cosas. Una es que participaré en la próxima Vuelta a España a partir del 19 de agosto y la segunda es que será mi última carrera como profesional”, dijo en Instagram el ciclista madrileño.
“Lo digo contento, no lo digo con pena. Es una decisión que he pensado muy bien y no creo que haya una despedida mejor que en la carrera de casa y en mi país”, afirmó sonriente el corredor del equipo Trek-Segafredo.
“Estoy seguro que van a ser tres semanas de ensueño, disfrutando de vuestro cariño y estoy deseoso de que llegue”, añadió.
¿Nueve o siete? La pregunta sobre el número de grandes vueltas ganadas por el madrileño resume su carrera.
En la carretera, Contador se impuso en nueve ocasiones, inscribiendo su nombre en las tres grandes vueltas, Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España, hazaña conseguida solamente por Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Felice Gimondi, Bernard Hinault y Vincenzo Nibali.
Pero algunos nanogramos de clembuterol encontrados en su sangre en el Tour de Francia de 2010 lastraron su imagen y le privaron oficialmente de las victorias en París y Roma de 2010 y 2011, reduciendo a siete grandes su palmarés.
Luces y sombras
Nacido en Madrid el 6 de diciembre de 1982, el escalador español dominó a finales de los 2000 un pelotón huérfano tras la marcha del ahora repudiado Lance Armstrong.
Con su estilo ofensivo y su ágil pedaleo, como bailando sobre la bicicleta, ganó el Tour de Francia en 2007, 2009 y 2010 y el Giro de Italia y la Vuelta a España en 2008.
Pero entonces llegó el escándalo de dopaje, del que siempre se declaró inocente, atribuyendo el positivo a la ingesta de carne en mal estado.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) lo suspendió provisionalmente en septiembre de 2010 pero la absolución posterior de la federación española permitió al madrileño seguir corriendo e imponerse en el Giro de Italia de 2011.
La UCI y la Agencia Mundial Antidopaje llevaron el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que en febrero de 2012 emitió una suspensión retroactiva de dos años, eliminando dos rondas de su palmarés.
El corredor nunca aceptó la sanción: “Todo el mundo sabe que es mi tercera victoria”, lanzó en mayo de 2015 tras su última victoria en la ronda italiana.
Desde entonces, Contador no volvió a subirse al podio en París aunque redondeó su palmarés con ese Giro y dos Vueltas a España, en 2012, con un ataque en la última semana a más de 50 km de meta, y en 2014.
Al ataque
Criado en Pinto, a 20 kilómetros de Madrid, Contador se ganó la admiración del pelotón por su ambición y su orgullo en la bicicleta, que le llevaron a protagonizar escaladas memorables, reponerse a caídas y lanzar sorprendentes ataques a mucha distancia de meta.
También entre bambalinas mostró su ambición. Armstrong, con quien tuvo que compartir equipo en el Tour de 2009 ganado por el español, lo probó.
“Es un grandísimo corredor, otra cosa es a nivel personal donde nunca le he tenido una gran admiración ni se la tendré”, afirmó tras superarle claramente en ese Tour tras una ascensión sideral al Verbier y una gran contrarreloj en Annecy.
Pero su carrera se podría haber ido al traste cuando apenas había empezado. En 2004, en plena Vuelta de Asturias, sufrió una dura caída, convulsionando en el asfalto, que permitieron descubrir un cavernoma del que fue operado y que le pudo costar la vida.
Tras un discreto noveno puesto en el último Tour, será en esas mismas carreteras españolas donde buscará su última gloria a partir del 19 de agosto.