Leo las redes sociales para informarme ya que la mayoría de los medios están silenciados o censurados y observo la polémica desatada en las organizaciones partidistas entre ir o no a las eleciones regionales que, constitucionalmente, debieron ser el año pasado.
Confieso que para nada me sorprende que parte de la MUD decida participar en ellos ahora que el CNE se despojó de su barniz democrático, radicalizándose al extremo al igual que la totalidad del régimen. Inscribirán candidaturas precisamente cuando la gran mayoría de la gente demanda una solución inmediata y no un gobernador más o un alcalde más a quienes ni siquiera les dejan gobernar, al contrario, los amenazan, encarcelan e inhabilitan. Y es que definitivamente perdieron conexión con la calle y mire usted, amigo lector, que la calle les ha respondido una y otra vez.
Los ciudadanos marchamos, nos concentramos, firmamos y combatimos para poner fin a esta historia, mientras varios partidos se fijan más en su necesidad de manejar nuevas nóminas públicas; en juntarse para ir a elecciones y ganar curules que luego les arrebatan y no en unirse para sacar la tiranía instalada por dos décadas. No soy golpista, no he estado involucrada en intentonas como las del 4 de febrero y posteriores, pero lo que si se es quien las dio, quienes continúa en eso y quienes se han hecho cómplice del actual régimen que nos mata de hambre o con balas.
Maduro es la cabeza de un régimen catalogado en el mundo como una dictadura. En la reunión de este martes 8 de agosto en Lima-Perú donde participaron cancilleres y representantes de 17 países así lo acordaron como antes lo hizo la Unión Europea y Mercosur. Deponerla es nuestra obligación a tenor de los artículos 333 y 350 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. A ella me aferro.
Han dicho los políticos que se debe asistir a las elecciones regionales para que demostremos -otra vez – que somos mayoría. Agregan que deben inscribirse en ellas como un movimiento táctico y que si las suspenden, quedará a la vista el fraude de la dictadura. ¿Qué más mayoría que la probada y confirmada en las pasadas parlamentarias y en el reciente plebiscito? ¿Qué más trampa que el del CNE y sus fraudulenta, ilegal e inconstitucional constituyente comunal hasta donde el mismísimo presidente de la empresa encargada de la automatización de resultados electorales, Smartmatic, reveló haber detectado millones de votos falsos? ¿Qué más abuso que el del Tribunal Supremo de Justicia que sentencia que la Asamblea Nacional, electa por 14 millones de almas, está en desacato por no complacer al ejecutivo? ¿Qué mayor desilusión que después de más de un centenar de muertos aceptemos medirnos y convalidar lo que hemos rechazado?
Cada vez más gente se siente desamparada por unos y otros. Los venezolanos hemos arriesgado todo, hasta la vida y no precisamente para que alguien sea gobernador o alcalde sino para salir de la tiranía que nos impone hambruna, escasez de medicinas, e inseguridad. Los venezolanos anhelamos vivir en un país con libertad esa que brinda posibilidades de emprendimiento, trabajo y oportunidades para todos.
Leo las declaraciones de líderes y siento que se han acostumbrado a vivir con la dictadura, mientras la inmensa mayoría clama por salir de ella. El mundo nos ve con atención como nunca antes, la comunidad internacional se impresiona con el actuar de algunos dirigentes, pero afortunadamente ven el todo y no sus partes. El todo es un pueblo que no se doblega ni se rinde. Y es al pueblo a quien acompañan. Maduro tendrá que irse y retomaremos la democracia. Entonces, cada quien seguirá con quien representa su pensamiento y se pondrá fin al incomodo matrimonio que significa ahora la MUD.
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@NituPerez