La crisis política y humanitaria en Venezuela ha disparado las alertas de organizaciones internacionales que atienden temas relacionados con migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de trata de personas, debido al incremento de ciudadanos que salen del país, “en una diáspora sin precedentes en la historia democrática venezolana, pues las cifras han crecido exponencialmente en el último año”, reseña Correo del Caroní.
La Red Latinoamericana y Caribeña de Migración, Refugio y Trata de Personas (Clamor), integrada por organizaciones de la Iglesia Católica que trabajan con el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), expresa solidaridad con el pueblo venezolano, pues asegura que Venezuela atraviesa una crisis humanitaria, caracterizada por la escasez de medicinas y alimentos, el colapso de los servicios públicos, la inflación más alta del mundo, violencia desbordada y, “graves violaciones a los derechos humanos, que en los últimos días ha dejado un saldo de más de un centenar de muertos”.
El documento de Clamor destaca que la situación atenta contra la vida y la dignidad y ha forzado a millones a salir del país, ocasionando que en el primer trimestre de 2015, 9 mil 456 venezolanos entraron como trabajadores temporales a Colombia, 5.236 más que en 2014.
En Argentina, en el primer semestre de 2015 ingresaron 2.772, lo que representa una variación porcentual de 61,26 con respecto a 2014, mientras que en Chile la cifra destaca con 10.815 visas estudiantiles, sujetas a contrato y temporarias, concedidas a venezolanos desde 2005 a 2014.
En Centroamérica, el Servicio Nacional de Migración de Panamá recibió 2.475 permisos de residencias hasta mayo de 2016, ese país aprobó 1.708. En los últimos tres años, Venezuela ha sido el país con más solicitudes presentadas ante el organismo panameño. Al norte de Brasil, en Boa Vista en el estado de Roraima, este año, la Policía federal ha recibido 7.907 solicitudes de refugio de venezolanos.
Solicitudes de refugio
Las cifras citadas corresponden a varias fuentes, entre ellas, un informe de la Fundación Asylum Access, presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que indica que el número de población migrante venezolana asciende, en los últimos 3 años, a 2 millones 500 mil personas y, continúa en aumento el número de solicitudes de refugio de venezolanos en la región.
Asimismo, se incluye información ofrecida por Acnur que evidencia que en los últimos 5 años ha habido un incremento de 228% de solicitudes de asilo en todo el mundo por venezolanos.
“De ser una tierra de acogida, Venezuela se ha convertido en tierra de despedidas. Cada vez es más frecuente ver en las calles de diferentes países a venezolanos, en su gran mayoría jóvenes, como vendedores informales, deambulando por las calles, e incluso, pidiendo limosna”.
Lo anterior evidencia la grave situación de muchos venezolanos que han dejado su país y que, están siendo víctimas de trata, esclavitud sexual y explotación laboral, en gran parte de los casos, por no tener documentos.
Frente a esto, la red afirma que apoyan las medidas tomadas por los gobiernos de Brasil, Chile, Perú y, más recientemente, Colombia, que favorecen la integración laboral de los venezolanos migrantes, al tiempo que expresan preocupación “por la actitud de varios gobiernos que aún no han asumido una política pública de acogida, dada la magnitud de la crisis humanitaria por la que atraviesan nuestros hermanos”.
Frenar el sufrimiento
Llaman a los gobiernos del continente a no ser indiferentes ante el sufrimiento de quienes han dejado todo, a tender puentes, a construir una política migratoria como respuesta humana, justa y fraterna y, cita al santo padre, quien alerta que las políticas de “securitización” que han asumido varios países se basan erróneamente en “… el miedo de que se produzcan convulsiones en la paz social, que se corra el riesgo de perder la identidad o cultura, que se alimente la competencia en el mercado laboral o, incluso, que se introduzcan nuevos factores de criminalidad” (Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, 2014).
El comunicado finaliza con una petición a todos los hombres y mujeres de buena voluntad y, en especial a los cristianos, para que reciban con solidaria hospitalidad a los venezolanos.
Invita a promover la cultura del encuentro frente a la cultura del descarte, la misericordia frente a la indiferencia y, ratifica que como Iglesia su compromiso de seguir acompañando a los migrantes venezolanos en la conquista y defensa de sus derechos fundamentales, a hacer escuchar sus clamores y caminar con ellos hacia la conquista de una vida mejor.
“Oramos para que la crisis humanitaria que azota a Venezuela y en especial a los más pobres sea superada y este hermano país logre transitar caminos de paz fruto de la justicia social, libertad y desarrollo humano integral. Pedimos a Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de América Latina que cubra con su manto protector a todo el pueblo venezolano y en especial a quienes se encuentran en situación de migración”.