El coctel de acontecimientos y emociones de los últimos cuatro meses, cuando Barquisimeto estuvo agitado por el conflicto político y social del país, arrastra secuelas psicológicas para la población envuelta en tal convulsión, reseña El Impulso.
La población infantil también absorbe su porción del conflicto y los síntomas se muestran de manera distinta según la edad. Generalmente, puede presentarse irritabilidad, alteraciones del sueño, del apetito, estado de ánimo inestable, aislamiento e hipersensibilidad. “Eso indica que a nivel emocional no existe estabilidad sino zozobra, incertidumbre que hace que el sujeto no se sienta seguro con su entorno”, profundiza el psicólogo infantil miembro de Red ApoyaT, Rubén la Rosa..
En los niños no mayores de cinco años prevalecen los miedos, el llanto repentino, susto por los ruidos como el de los fuegos artificiales, miedo a los hombres con uniformes y a separarse de los padres.
Al ver el entorno, hay pequeños que incluso preguntan si es una guerra la que está en desarrollo y eso, dice La Rosa para aliviar a los padres, es normal. Lo es también que dibujen lo que ven: árboles caídos o vidrios rotos y, esa, resalta el psicólogo de Red ApoyaT, es una oportunidad de hablar sobre lo que sintieron durante el conflicto.