Durante estos más de 4 meses de protestas, un numero exorbitante de manifestantes han sido detenidos por los cuerpos de seguridad del estado, estos siendo juzgados bajo jurisdicciones militares violando leyes fundamentales, siendo muchos de estos enviados a la Cárcel Militar de Ramo Verde bajo delitos de naturaleza militar. Entre ellos se encuentra Carlos Julio Rojas, periodista y luchador social del Municipio Libertador, el cual a través de los relatos de su madre en las visitas pudo dar fe de las condiciones infrahumanas en las que está siendo recluido el periodista caraqueño.
Carlos Julio Rojas expresa desde la cárcel en Ramo Verde que “A los presos políticos los están matando de hambre con 60 gramos de comida y en muchos casos dependiendo de nuestro “comportamiento” no nos dan alimentos, hoy Nicolás Maduro ha llenado las cárceles con presos del hambre, presos de los sectores populares, de los barrios de Carapita, de Macarao, de Caricuao de Antímano y que además son personas que no han protestado por partidos políticos sino por hambre, inseguridad y escasez ya que un gran porcentaje son de bajos recursos económicos. Los familiares debido a su bajo estrato socioeconómico no pueden costear llevar comida a sus familiares presos”
Rojas explicó a través de su madre Sol Rojas en las visitas que “Muchos de estos presos son del interior del país y por ello a sus familias se les hace imposible costear un viaje a Ramo Verde y mucho menos llevar alimentos a sus hijos presos en dicha cárcel. En estas cárceles nos tiene hacinados, en una sola celda hay 112 personas, gracias a ello casi no pueden dormir, ni siquiera caminar, pasamos las noches de pie, en las colchonetas duermen hasta 3 personas, no tenemos derecho a la biblioteca, esto nos mantiene aislados y en ocio”
Además de ello Rojas expresó que “Hay presos que son indigentes que no saben leer ni escribir y fueron juzgados por rebelión militar, traición a la patria no podemos ver esto como normal ya que estas personas es realmente imposible que hayan cometido estos delitos dada su condición”
Muchos de estos presos del hambre son del interior del país y de bajísimos recursos, por ello sus familiares no pueden costear el traslado y comida de sus hijos en la cárcel militar, tal es el caso de Jesús Torrelles, carpintero de Yaritagua, Estado Yaracuy, el cual expresa “Mi familia es de bajos recursos, fui detenido en una protesta en Yaritagua, con estos 60 gramos de comida me mantengo muy débil, para mi familia con esto del costo de los pasajes y de la comida les es imposible traerme alimentos para poderme mantener fuerte en esta horrible situación”.
Hay que dejar claro que en Venezuela el dolor del hambre se mezcló con los deseos de libertad y democracia en nuestro país “Las protestas en Venezuela no son dirigidas por partidos políticos sino por el hambre y la rabia que sentimos los Venezolanos todos los días al no poder dar un plato de comida a nuestros hijos, por ello Maduro llenó las cárceles de presos del hambre y no contento con ello nos dejan aquí presos sin comer”