El gurú Gurmeet Ram Rahim Singh, condenado este lunes a 20 años de cárcel por violación, inspira devoción en India, donde decenas de miles de discípulos lo siguen a ciegas, El Comercio.
Sus seguidores -desde políticos a actores, pasando por jugadores de cricket o campesinos pobres- escuchan embelesados a este hombre de barba negra, con acceso a grandes personajes de India en su cuartel general del norte del país.
Cuando “pita-ji” (“venerado padre”) llega a la ciudad de Sirsa, en el estado de Haryana, los fieles caen rendidos a sus pies llorando para recibir su bendición.
Esta devoción fanática se convirtió en tragedia la semana pasada cuando un tribunal declaró al gurú culpable de la violación de dos mujeres en un caso que se remonta a 2002. Al menos 38 personas murieron después de que decenas de miles de sus adeptos sembraran el terror en las calles de varias ciudades, quemando coches y generando disturbios.
El gurú, normalmente ataviado con ropa de colores chillones y muchas joyas, apareció en el tribunal vestido de blanco. En cuanto se conoció el veredicto, un lujoso helicóptero gubernamental lo transportó a la cárcel.