A las 10:55 horas exactas de hoy, las tranquilas calles del pueblo español de Buñol se transformaron en un verdadero campo de batalla, en el que unos 22.000 combatientes, 14.300 de ellos extranjeros, se enfrentaron con 160 toneladas de tomate en mano como única munición, reseña EFE.
Se trata de la tradicional Tomatina, que desde 1945 se celebra todos los últimos miércoles de agosto y que en esta septuagésima segunda edición consolidó su transcendencia internacional con la asistencia de un 65% de “guerreros” procedentes de Europa, EEUU, Japón, India, Australia, Sudáfrica, Argentina, Brasil, Colombia.
Por primera vez en los últimos siete años, el volumen de tomates no aumentó: “160.000 kilos es una cantidad suficiente”, admitió el concejal responsable de esta fiesta, Rafael Pérez.
Hay quienes participan en el festejo por diversión y otros por la curiosidad de conocer esta particular celebración; pero la Tomatina de 2017 estuvo marcada por una historia un tanto inusual que empezó hace cinco años en el mismo mes y lugar.
Una fotógrafa de Madrid, Eva Casado, de 34 años, llevaba desde 2012 buscando a su doble, una chica misteriosa que asistió al evento en 2011 con otros 45.000 participantes, cuando la fiesta aún no era de pago y no tenía aforo limitado.
Fue el primo de Casado quien primero confundió a las dos jóvenes, cuando vio una foto promocional de una chica divirtiéndose en la Tomatina en una revista de un vuelo intercontinental.
“Yo le expliqué que no había estado en la fiesta, pero empecé a buscar a esa chica más por curiosidad, ya que es asombroso cuanto nos parecemos”, dijo a Efe Casado.
Desde entonces, todos los años, a finales de agosto, la fotógrafa publica en su página de Facebook una nota para encontrar a la “chica de la Tomatina”, pero no fue hasta ahora que la búsqueda resultó fructífera.
El pasado domingo, Casado hizo una nueva entrada en la red social y, a los dos días, la publicación ya había sido compartida más de 80.000 veces y sobrepasado los 10.000 comentarios, atravesando océanos y llegando a países como Estados Unidos, México y Argentina.
Pese a un centenar de críticas negativas, según Casado, la mayoría de las personas se mostraron “muy solícitas” y le encantó “la experiencia de como la gente está dispuesta a ayudar y movilizarse para hacer el bien”.
Esta madrugada la búsqueda y obsesión de Casado tuvieron un desenlace: la chica misteriosa de la Tomatina es una estadounidense que reside en Miami y que estuvo en Buñol en 2011, como tantos otros curiosos extranjeros, para prestigiar una de las fiestas españolas más tradicionales.
En 2017, a ejemplo de los últimos años, es notable el hecho de que seis camiones de gran tonelaje lograsen abrirse paso, sin causar heridos, por los estrechos caminos del casco histórico del pueblo, saturado por una inquieta multitud que esperaba los tomates como señal del comienzo de la singular batalla.
La Cruz Roja informó de que tres personas recibieron puntos de sutura, (uno de ellos en la lengua, por un codazo), otras cinco fueron atendidos por daños leves en los ojos y una mujer sufrió una crisis de ansiedad, aunque según las primeras informaciones ninguno de ellos tuvo que ser trasladado a un hospital.
Apenas unas horas después de que finalizase la intensa batalla a base de salsa napolitana que tiene lugar en este ya emblemático pueblo valenciano de 10.000 habitantes, residentes y equipos de limpieza se unieron para dejar sus calles limpias y empezar a prepararlas para la septuagésima tercera edición de la Tomatina. EFE