La crisis de salud afecta a los venezolanos que se enfrentan a una fuerte escasez de medicinas, falta de insumos médicos y con una inflación que aumenta los costos haciendo casi imposible tratarse una dolencia.
LaPatilla.com/ Román Camacho
Muchas personas han recurrido a métodos alternativos a la ciencia, en los últimos años, han acudido a centros de sanación o templos espirituales como opción para tratar alguna enfermedad. Esta historia se basa en estos templos.
El sitio predilecto en Caracas para asistir a templos espirituales es la Zona 7 del sector Jose Felix Ribas, específicamente en el Callejón Santa Eduvigis, mejor conocido como el “Callejón de los brujos”.
Mientras me trasladaba al sitio, pensaba cómo sería el callejón, lo imaginaba con cintas, colorido, con imágenes de santos o hasta personas haciendo rituales en la calle, la imagen es totalmente adversa. La calle es como cualquier otra de un sector popular, los vehículos aparcados, un vende y paga a un costado, personas hablando en la calle y muchas casas una encima de otra. Al llegar, un señor de la comunidad me cuenta la historia del nombre de la calle, pensé que sería fantástica o algo asombrosa, la realidad es que la llaman así por los camioneteros y taxistas que la bautizaron como el Callejón de los brujos.
El sitio que todos me mencionaban era el Templo de Madre Erika, todos los templos que están en la Zona 7 son de personas que se formaron en ese centro, las personas son llamadas “Materias”. Las materias es el móvil por el cual un espíritu o alguna entidad de las cortes manifiesta y para poder realizar actos y rituales de sanación.
En Madre Erika obtuve una respuesta negativa para realizar el trabajo y las entrevistas, dudaron de mi buena fe de documentarlo ya que “han tenido unos chascos con la prensa”. Sigo con la búsqueda de algún templo que acepte mi presencia.
Al bajar un poco por el callejón, llego al templo de sanación de la hermana marisol y el hermano guayanez. Tras subir por una escaleras me encuentro con un escritorio donde se encuentra Glenda, esposa de Carlos Marquez y quien organiza a los pacientes y los recibe, ambos son materia y se dedican a la sanación.
La recepción fue muy cálida y totalmente abiertos a ser filmados, fotografiados y entrevistados. El hermano Guayanez me bendice, se presenta y continúa atendiendo a las personas, siempre usa el lema “Los pacientes están primero, la salud es importante y es lo primordial, ellos vinieron a tratarse conmigo y debo atenderlos(…)La medicina es lo mas bello que hay, quienes la hacen fea somos los que la ejercemos que ponemos lo monetario por delante”, dijo El Hermano Guayanez (En el cuerpo de Marquez).
Durante las 2 días que estuve en el templo observando, escuchando y documentando todo, conocí a varias personas que me contaron sus casos, enfermedades que trataron durante 7 meses en hospitales sin ninguna clase de mejoría y casos donde ya los médicos los desahuciaron. Uno de ellos es de un niño de 8 años, estuvo 7 meses en el JM de Los Rios, lo atendieron muy bien pero su caso severo de Psoriasis no pudo curarse, su mamá decidió traerlo al centro espiritual. Luego de 1 mes de tratamiento con hierbas y limpieza espiritual el niño no tiene rastro de enfermedad alguna en su piel.
Otro caso fue el de Paula Ballesteros, estuvo años tratándose en una clínica, la operación le costaba 60 millones de bs, “eso es lo que cuesta mi casita, si la vendo para hacer eso no tendría donde vivir”, dijo Ballesteros. Empezó a acudir al centro espiritual hace años y se siente como nunca, se realizó un examen y no hay casi rastro de la condición que fue diagnosticada.
En ese primer día, el Hermano Guayanez atendió alrededor de 40 personas. En el segundo día atendió alrededor de 30 personas. Él es sencillo, con un excelente humor y siempre busca hacerte reír o que te sientas bien. Me explicó en qué consistía la labor que realizaban, sabe que los doctores cuestionan sus métodos pero está seguro que ha ayudado a las personas y ha sanado a muchas para que lo cuestionen, “ellos (los pacientes) son mi prueba, ellos dan fe que mis tratamientos naturales y espirituales funcionan”, expresó Guayanez.
La persona al llegar agarra un número en la recepción y espera su turno. Cuando llega el momento de ser atendida por Guayanez, ingresa a una habitación donde él la está esperando junto a un altar con velas, el Dr Jose Gregorio Hernandez y varias ofrendas y pedidos a los santos. Al sentarse el se presenta, le da la bendición y escucha algo básico del paciente. En un momento de la consulta, Guayanez agarra una vela y la pasa por el lugar donde la persona tenga la dolencia, esta es la parte que más me sorprendió, en ninguna de las 12 consultas que pude observar dio un diagnóstico errado o diferente al que ya habían visto y tratado en un hospital. Los diagnósticos iban desde un problema cervical hasta cáncer. Hubo un caso de una señora que había salido de un hospital pero estaba muy enferma para ir, los hijos con la cédula de la señora fueron y fue diagnosticada de una insuficiencia renal y cardíaca, lo mismo que intentaron tratar en el hospital. Al terminar la consulta, le envía un tratamiento a base de hierbas, frutas y vegetales. Adicional al tratamiento, realiza una curación espiritual la cual consiste en acostar al paciente e intervenirla con unas pinzas pero sin ser cortadas o anestesiadas, Todas las personas manifestaron sentir un dolor como si las hubiesen intervenido de verdad pero no fue nada invasivo, eso es lo curioso.
Al salir de la intervención, se les entregan unas indicaciones que debe seguir junto al tratamiento, luego tendrá que ir en 7 días para control y realizarse una limpieza espiritual que ayude a mantener en armonía los chacras, el aura y el espíritu.
La consulta y la curación costó 6.000bs, los tratamientos naturales podrán costar alrededor de 30.000bs, pero las personas lo ven como una alternativa accesible y eficiente ante la falta de medicina y lo costoso de las clínicas.
Antes de retirarme, la Sra Glenda, esposa de Carlos Marquez, me dijo que me iban a mostrar un espíritu de la Corte India, Corte Negra y Corte de la Luz. Carlos sale del trance del Hermano Guayanez y me saluda por primera vez, no tiene idea quien soy, ni que hago en el templo, le explican e igual es atento y me atiende sin problemas. Glenda se sienta y entra en trance, a los pocos minutos se convierte en una india, habla muy poco, no conoce nada y es tímida, se sienta y se sorprende al ver todo. Me llama y me dice que me siente a su lado, al hacerlo, agarra unas matas, las une preparando algo y me dice “esto es para que lo tomes por estas noches que has tenido insomnio”, eso me sorprendió, en ningún momento le dije que tenía 6 días sin dormir bien.
A los pocos minutos Carlos entra en trance y recibe a Don Juan del Tabaco, un oriental que sabe mucho y que fuma tabaco, el fue llamado para tratar a un paciente con una infección en una pierna. Al final del día terminan la sesión y regresa Glenda y Carlos, ambos terminan con sed y agotados pero satisfechos con la labor que realizan.
Me despido del templo de la hermana Marisol y el hermano Guayanez y de la zona 7 de Jose Felix Ribas. En 2 días vi a personas ser tratadas con alegría, con fe y con la mejor de las ganas, personas que tienen 30 años tratándose en centros espirituales y siguen haciéndolo por su efectividad. A pesar de ser escéptico, me fui sorprendido por los testimonios y la sanación espiritual, sé que muchos cuestionarán lo efectivo de esos tratamientos, yo también soy escéptico, pero lo que vi y conocí me hace pensar que de que vuelan, vuelan.