Las autoridades de Pamplona, en el departamento de Norte de Santander, en Colombia, están preocupadas por la presencia de inmigrantes venezolanos que se han establecido en una zona de alto riesgo, viviendo siete personas en una sola habitación, publica La Opinión.
La situación fue analizada en consejo de seguridad y se coordinaron acciones para tratar a esta población, que no tiene acceso a los servicios de salud.
La situación más crítica la soportan quienes decidieron invadir las viviendas averiadas de la urbanización Valle del Espíritu Santo. Allí, en uno de estos inmuebles que presenta grietas y está colapsada, fue acondicionada una habitación en donde viven siete personas, entre ellas dos niños, uno de tres meses de nacido y el otro de 12 años.
El personero, Richard Jáuregui Parada, manifestó que la comunidad alertó a las autoridades sobre la presencia extraños en el sector y que se tomaron varias casas que están a punto de colapsar.
“Con el apoyo de la Inspección de Policía y Gestión del riesgo corroboramos el caso”, dijo. “En otras viviendas hay seis personas más habitándolas”.
El representante del ministerio público igualmente indicó que los inmigrantes viven en condiciones no aptas, porque no cuentan con los servicio de agua, sanitarios y energía.
Ante esta situación, y al constatarse la presencia de menores de edad, se solicitó la intervención del Bienestar Familiar, porque al parecer tienen signos de desnutrición.
“Ellos iniciaron los procesos de restablecimiento de derechos frente a los menores de edad”, afirmó. “Los inmigrantes ilegales no permitieron que el Bienestar Familiar se hiciera cargo de los dos niños”.
Jáuregui le solicitó a la Alcaldía que inicie el desalojo de estos ocupantes, porque están en peligro y pueden llegar más personas a habitar los inmuebles afectados por la remoción en masa.
El personero afirmó que la situación fue dada a conocer a Migración Colombia para que tome las medidas administrativas con estas personas de nacionalidad venezolana.
Finalmente sostuvo que cada día la situación se complica en el municipio porque están llegando más inmigrantes, unos lo hacen de paso y otros se establecen en los barrios periféricos.
De acuerdo con el censo en la ciudad se encuentran establecidas 1.500 personas, unas ilegales y otras con vínculos colombianos.
El coordinador de Gestión del Riesgo de, Elkin Gómez Carvajal, expresó que hay que evitar la ocupación. “Estas personas de manera preventiva deben desalojarse, porque es un riesgo que sigan establecidas en esta zona”, dijo.
Hasta el momento existe el compromiso por parte del municipio de brindarles atención humanitaria a los extranjeros.