El gobierno de Colombia y la guerrilla del ELN aplazaron hasta el próximo lunes el cierre del tercer ciclo de las negociaciones de paz, en las que buscan un temporal cese bilateral al fuego y de hostilidades en vísperas de la visita del papa a ese país.
Los equipos negociadores del gobierno colombiano y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) prorrogaron por segunda ocasión el fin del tercer ciclo y continuarán reunidos, informó el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
La tercera ronda debía terminar este sábado en una hacienda en las afueras de Quito. En principio ambas delegaciones tenían previsto concluir el viernes este ciclo de las conversaciones de paz, que arrancaron en febrero en Ecuador.
Las partes -cada una con sus demandas- tienen la intención de concluir el encuentro con el anuncio de un temporal cese bilateral al fuego y de hostilidades, antes de la visita del papa Francisco, que estará en Colombia entre el 6 y el 10 de septiembre.
El gobierno le exige a la guerrilla que renuncie al secuestro, los atentados contra oleoductos, la siembra de minas antipersonales y el reclutamiento de menores de edad.
En tanto que el ELN, la última guerrilla activa en Colombia, espera un compromiso por parte del gobierno para detener los asesinatos de líderes sociales a manos de paramilitares.
En medio de las negociaciones, la Armada de Colombia le atribuyó el jueves al ELN un ataque a una patrulla fluvial en un municipio fronterizo con Venezuela, que dejó tres militares heridos y otro desaparecido. De su parte, el gobierno responsabilizó a la guerrilla de un atentado a uno de los principales oleoductos del país.
Francisco tiene previsto escuchar los testimonios de víctimas y victimarios de la violencia en Colombia durante una misa en Villavicencio a la que se espera que asistan unas 6.000 personas, pero no tiene programadas reuniones con las FARC, con las que el gobierno alcanzó un acuerdo de paz en noviembre pasado, ni con el ELN.
Con el diálogo de paz con el ELN, el gobierno de Santos espera alcanzar la “paz completa”, tras medio siglo de un cruento conflicto que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares y agentes estatales, dejando 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.