Hace un par de días tuvimos oportunidad de leer un informe que elabora el Instituto de Gobernabilidad de Basilea, un centro independiente de competencia sin fines de lucro que trabaja en todo el mundo con los sectores público y privado para combatir la corrupción y otros delitos financieros y mejorar la calidad de la gobernanza.
Por Horacio Medina @unape
En dicho informe este Instituto asociado de la Universidad de Basilea, revelaba los peligros y riesgos de lavado de dinero en Centroamérica.
El índice Antilavado de Dinero (AML, por sus siglas en inglés) elaborado por el Instituto ubica a Panamá en el cuarto lugar en la lista de países con mayor riesgo de lavado de dinero y financiamiento de actividades terroristas en América Latina y el Caribe.
Panamá es superado sólo por Paraguay, Haití y Bolivia, según el índice.
En Centroamérica le sigue de cerca Nicaragua, en la octava posición, por delante de Guatemala, que se ubica en la posición 14 de la lista de países latinoamericanos.
Honduras (16), Costa Rica (18) y El Salvador (21) recibieron calificaciones más bajas, y aunque sí son países propensos al lavado de dinero, según el Instituto de Governanza de Basilea, el riesgo es más bajo que en los países mencionados más arriba.
Según el Instituto de Governanza de Basilea:
“… Aunque la mayoría de los países cumplen legalmente con las normas actuales para combatir el lavado de dinero y financiamiento de actividades terroristas, muchos de ellos se quedan cortos en el cumplimiento (a veces gravemente cortos) en lo que se refiere a la aplicación efectiva y el cumplimiento de esas leyes.”
“… Al incluir datos del GAFI, que durante los últimos años ha utilizado una metodología de evaluación que no sólo se centra en el cumplimiento técnico, sino también en la capacidad de hacer cumplir la ley, el Índice AML de Basilea es cada vez más capaz de capturar esta diferencia significativa.”