Con el sometimiento de las bandas criminales que operaban en los municipios limítrofes con Colombia en los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) habría ya tomado el control de la frontera colombo-venezolana, reseña La Opinión.
Así lo afirmó Javier Tarazona, director de la Fundación Redes, quien hace seguimiento a las actividades de distintas células del ELN en comunidades rurales del estado Táchira y otras entidades al interior del país.
“A lo largo de los 2.219 kilómetros de esta línea limítrofe nos encontramos con una frontera que pareciera tierra de nadie”, dijo.
“Ante la falta de autoridad, y los espacios cedidos por las Farc tras la firma del acuerdo de paz en Colombia, se ha desatado un caos en donde el microtráfico, el narcotráfico y el contrabando tienen en la guerrilla colombiana del ELN los brazos armados de la extorsión fronteriza”.
Para Tarazona, ello se evidencia en los enfrentamientos que desde hace ya meses, pero con mayor frecuencia en las últimas semanas, se reportan en San Antonio del Táchira y Ureña, e incluso a los pies del puente internacional Simón Bolívar.
Según el experto, las investigaciones de campo y los testimonios recogidos en las zonas afectadas las células del ELN que hace un año controlaban las montañas de los municipios Junín y Francisco de Miranda (Táchira), llegaron al propio río Táchira, para completar la ruta de contrabando binacional.
“El comando Juan Velazco Porras disputa a sangre y fuego kilómetro tras kilómetro de la franja fronteriza, para controlar el cobro de vacuna y otros ilícitos, que desde el Catatumbo (en el estado Zulia), hasta el estado Apure se cometen en la frontera”, apuntó.
Agregó que se ha extendido el reclutamiento de niños y jóvenes que se alejan de las escuelas para sumarse, contra su voluntad, a las filas del grupo armado, que actúa pese a los reiterados anuncios de un incremento del pie de fuerza militar en la frontera venezolana.
“Mientras en Colombia se habla del Acuerdo de Paz, en Venezuela el ELN compra grandes fincas y propiedades destinadas al cultivo de estupefacientes, para operar desde Venezuela, respaldado por el llamado Cartel de los soles”, afirmó.