Una vez pasado el trago amargo de las primarias, los partidos de la MUD irán inmediatamente a la fase siguiente de su cronograma electoral. Así como no hubo debate luego de la consulta popular del 16 de julio y el sorpresivo acto acrobático de lanzarse a las regionales, ahora tampoco lo habrá. Los partidos defenderán el resultado de las primarias con base a la cantidad de gente que se movilizó a votar, ignorando los millones de ciudadanos que pudiendo votar no lo hicieron.
Se estima que en las primarias de la MUD votaron cerca de un millón de personas con una abstención del 90%. Que en menos de dos meses la MUD haya perdido el apoyo de casi 6 millones de ciudadanos es algo que no sólo debería motivar un debate, sino también un replanteo total de su estrategia. La abstención en las primarias de la MUD tiene todas las características de un mensaje de los ciudadanos inconformes hacia sus dirigentes para que cambien la forma de hacer oposición.
Las primarias de la MUD fueron la prueba de fuego para evaluar la tesis de votar en dictadura. Todo aquel que apoyaba esta tesis tuvo la oportunidad de expresarlo. Los resultados no dan para inferir que un porcentaje relevante de los opositores estaría dispuesto a apoyar con su voto la propuesta de la MUD. El resultado en sí es grave, y más grave aún será si la MUD decide ignorarlo como ya ha ocurrido antes.
Frente a esta realidad, ¿qué hará la MUD?: ¿Ordenar linchamientos morales selectivos en las redes sociales contra quienes nos oponemos a las regionales? ¿Intensificar su campaña de manipulación del elector desprevenido para hacerle creer que no votar es permitir que gane el candidato del gobierno?
En las primarias del domingo pasado solo votaron quienes forman parte de las maquinarias de los partidos. Allí no se vio el espíritu cívico y unitario de la consulta popular del 16 de julio donde millones de ciudadanos participaron con entusiasmo. Solo quedó reducida a eso, a una consulta interna entre los partidos. Esto pone en evidencia —una vez más— la gran debilidad de la Mesa de Unidad Democrática; muy eficiente para campañas electorales, pero incapaz de articular una fuerza de oposición nacional que vaya más allá de los partidos y sea capaz de derrocar la dictadura chavista.
El triunfo de la abstención en las primarias de la MUD es una derrota de las tesis de Ramos Allup y el G4 de cohabitar con la dictadura y aceptar ir a sus elecciones fraudulentas de gobernadores sin siquiera conocer la fecha.
@humbertotweets